A este paso, Iván de la Peña quedará sólo en un proyecto de magnífico jugador, de pelotero de esos que marcan una época. No habrá sido ni el primero ni tampoco el último a quien le ocurra eso, pero es que alrededor de Iván se estableció un halo de futbolista que rompe moldes. Igual ha sido el marketing mal entendido, o quizás mal asimilado por parte del propio jugador que va por ahí haciendo "eses" y dando tumbos como un titiritero; millonario, eso sí, pero titiritero del fútbol al fin y al cabo.
Lo más curioso del caso es que De la Peña es un jugador surgido del laboratorio de Johan Cruyff, que de esto sabe un poco. Y lo más sangrante es que ni siquiera con el entrenador holandés llegó a explotar. Da la sensación de que al santanderino le faltara un hervor, que no hubiera madurado. O que hubiera sido utilizado como fichaje politico para ganar unas elecciones.
Cedido por el Lazio (club en el que tampoco rindió lo que de él se
esperaba), ahora "lo pelat" ha decidido lanzar un alarmado S.O.S. Y sin embargo Serra Ferrer coincide con el propio Cruyff, Robson o el mismísimo Javi Clemente a la hora de no contar con el jugador. Una extraña coincidencia ( y eso que en su día le dieron -le dimos- estopa de la fina al ex-seleccionador por no contar con él).
De la Peña desapareció del mapa el día que el Besiktas le enchufó tres al Barcelona. Un momento oportuno, sin lugar a dudas, para ser el perfecto "cabeza de turco". ¿Por qué no cuentan con él? Iván es el futbolista perfecto para ver desde la grada; Di Stéfano diría de
él (como hizo en su día con Gica Hagi) que es un jugador que está
permanentemente "mirando a la grada". Sin embargo da la impresión de que permaneciera suspendido en otra época, que estuviera desplazado en un fútbol que camina descaradamente hacia el trabajo físico en detrimento de la inspiración.
De la Peña esboza el fútbol pero no lo remata, y hoy esa clase de jugador no parece rentable. Tiene muy mala pinta este S.O.S. de "lo
pelat"; recuerda mucho a esos maletillas que deben pasar por taquilla para poder torear. Pero es que Iván ya no es "mozico" y en teoría tendría que ser un Enrique Ponce del fútbol... ¿o no?
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