Pues sí señor, a "Martra el jerezano" (fue allí precisamente donde le localizaron mientras nos daban el tocomocho a miles de kilómetros) le quedaba un poquito de dignidad para presentar hoy su dimisión como presidente de la Federación Española de Patinaje. Desconozco cuál será la situación geopolítica exacta de Macao, si será República, Monarquía Constitucional o si se habrá convertido en un reino de Taifas, pero mientras no se demuestre lo contrario, España compite bajo una única bandera. Lo que ha hecho el bueno de Antonio (Antoni para sus amigos de la Federación Internacional) ha sido servir, consciente o inconscientemente, los intereses políticos –porque el patinaje interesa más bien poco en esta cuestión– de aquellos que persiguen justo lo contrario de lo que debería defender el máximo responsable de cualquier federación española que se preciara de serlo. Martra ha sido sólo el tonto útil de la historia.
Y si no fuera porque le quedan dos semanas en el cargo habría que exigir también la dimisión del secretario de Estado para el Deporte. Martra estaba en Jerez, ¿y Gómez Angulo dónde? ¿No sabía que estaba durmiendo con su enemigo?
El gimoteo está muy bien, y es cierto que en Miami se perpetró una traición deportiva al máximo nivel, pero la obligación de Gómez Angulo era estar informado de que eso podía suceder y adelantarse a los acontecimientos. En absoluto silencio, como hicieron ellos. Los movimientos que a partir de ahora efectúe el CSD son ya públicos y notorios, y convendría esperar cualquier estratagema por parte de la Federación Internacional o la Catalana para adelantárseles.
Lo más peligroso de todo es lo que resulte ahora de este peligroso "efecto dominó". La Federación Vasca de Patinaje ha solicitado también oficialmente su adscripción en la Federación Internacional con el objetivo de poder participar en los Campeonatos del Mundo de hockey que se celebrarán en Canadá... ¿Y quién se lo puede impedir tras el reconocimiento de la Federación Catalana? La impugnación de los acuerdos del 27 de marzo son sólo un parche que llega mal y tarde. En el poco tiempo que le quede en el Consejo, Gómez Angulo debería dedicar sus máximos esfuerzos a producir el arrinconamiento, descrédito y posterior caída del presidente de la Federación Internacional. Y a investigar, porque ahí hay mucho que investigar. Algo huele a podrido en Miami. Y no es precisamente el hockey sobre patines.