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Juan Manuel Rodríguez

Un ejemplo para el "libro azul"

Fernando Redondo fue para Florentino Pérez, si se me permite el símil político, lo que Ruiz Mateos supuso para Miguel Boyer o lo que está significando ahora el Camacho de Gescartera para Rodrigo Rato; es decir, un soberano grano en el traspuntín, una mosca cojonera revoloteando a su alrededor. Sucedía que Redondo, a la par que magnífico jugador de fútbol, se había significado clarísimamente a favor del anterior presidente del club. Supongo que F.P. vería en él a un rival directo dentro del vestuario y, aprovechando una buena oferta económica del Milán, prescindió de sus servicios.

Nunca se llegó a conocer del todo aquella extraña historia, pero sí recuerdo que el actual presidente emuló a Groucho Marx con aquello tan famoso de "la parte contratante de la primera parte" y sus palmeros mediáticos le pusieron a Redondo el sello de "pesetero". Luego nos tiramos unos cuantos días elucubrando sobre la operación financiera en la que, desde mi modesto punto de vista, el Real Madrid ganó mucho dinero y perdió al mejor medio centro defensivo del mundo.

Ni siquiera la habilidad de F.P. podía adelantar que, al poco de fichar por el Milán, la rodilla iba a jugarle una mala pasada a Redondo y que, transcurrido un año, no habría podido debutar aún con su nuevo equipo. El otro día Galliani desvelaba que el argentino le había realizado a su actual club una propuesta revolucionaria: no cobrar mientras no pudiera jugar al fútbol con absoluta normalidad. Al conocer la noticia me surgieron un montón de buenas preguntas que, probablemente, no tengan quien quiera responderlas. Por ejemplo: ¿Puede un pesetero renunciar por las buenas a 800 millones de pesetas por temporada? O esta otra: si hizo eso por el Milán, en el que sólo lleva un año, ¿qué habría sido capaz de dar por su Real Madrid?

Redondo suponía un dolor de muelas para sus rivales ("comé hierba burro, que sos un burro", dicen que le dijo un día a un contrario), y también para sus compañeros ("corré, Guti, corré, no seas señorita"). Dentro del campo era el ejemplo de jugador al que todo el mundo quiere tener en sus filas, y fuera, la imagen más exportable de la primera plantilla. Por eso me extrañó todo lo que sucedió con él. Creo que Florentino Pérez tendría que contarnos la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad y, de paso, hacerle un hueco a Redondo como ejemplo a seguir en su famoso "libro azul" porque... ¿Haría Figo con el Real Madrid lo mismo que Redondo con el Milán?

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