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¡Mira que si al final resulta que echaron a Del Bosque por feo!... Y es que el representante de Munitis acaba de asegurar que Pedro no ha jugado ni un sólo minuto en Asia porque "su estética no era la más adecuada". Dice Javier González que eso le comentó algún directivo, que Queiroz no había contado con Munitis debido a su estética. Traducido al castellano: Munitis no juega en el Real Madrid porque alguien piensa que es muy feo. ¿Acaso ustedes no han oído eso de "¡que se mueran los feos!"? ¿Quien quiere ser feo?... Nadie. ¿Quien quiere ver a un feo en la televisión a la hora de la comida?... Nadie. Por eso Antena 3 ha hecho trizas el "share" y por eso también resulta ahora que cuatrocientos millones de chinos anhelan ser madridistas antes que cualquier otra cosa en su vida, porque este es un equipo guapo, guapo. Y rico, rico.

Aunque si tuviéramos que hacerle caso a Marcello Lippi, un par de feos serían imprescindibles en ese equipo. O uno sólo pero que fuera feo de verdad, uno de esos tipos horrorosos que te hacen cambiarte de acera cuando caminas por la calle a las doce de la noche. Dice el entrenador de la Juventus que "se podría decir que el Madrid se puede golpear la nariz contra el espejo de tanto admirar su propia belleza". Lippi acusa al Real de narcisista, y ¿qué mejor manera de despertarse del propio embelesamiento que pasándole en un momento determinado el balón a un auténtico feo? El propio Lippi apareció en las quinielas de posibles sustitutos de Del Bosque aunque ahora me surge la duda de si sería porque es un buen entrenador de fútbol o porque a alguien de la junta directiva el italiano le pareció guapo, guapo.

Según la teoría estética de ese directivo anónimo a quien cita Javier González al mediofondista francés Claude Makelele le quedan dos telediarios en la plantilla de Carlos Queiroz. Según eso Robert Prosinecki no podría haber jugado nunca en el Real Madrid (tampoco lo hizo demasiado, la verdad), y a Fernando Redondo no le habrían dejado marcharse jamás al fútbol italiano y, por el contrario, se habrían desprendido mucho antes de Iván Campo. La historia de ese club está plagada de feos ilustres como Di Stéfano o Gento que hicieron las delicias de los aficionados y que obtuvieron éxitos deportivos aún no igualados. ¡Y a ver quién es el guapo que lo consigue! Esto que empezó siendo una broma (y como tal hay que tomársela) podría acabar con la directiva de Florentino Pérez cobrándole más a los socios más feos para tratar de disuadirles de que no fueran los domingos al estadio Santiago Bernabéu. Porque la tele ya sólo "quiere" a los más guapos.


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