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Juan Manuel Rodríguez

Un librito de Fontanarrosa

Siempre recordaré "19 de diciembre de 1971" ("Nada del otro mundo", Ediciones de la Flor, Buenos Aires 1987) como uno de los cuentos más divertidos que he leído en toda mi vida. En España lo recopiló Jorge Valdano, junto con otros muchos, en la primera parte de sus "Cuentos de Fútbol" (Editorial Alfaguara, 1995). Es esta una publicidad descubierta y sin interés alguno (servidor tuvo que pasar, como casi todos, por la "taquilla") salvo el de situarles en la pista correcta de la "creme de la creme" de la literatura deportiva. Protagonistas, en este caso, el "deporte rey" y el viejo Casale, un vivo ejemplo de lo que un aficionado es capaz de hacer por el equipo de sus amores (Rosario Central). Yo me fui desde los "Cuentos de fútbol" hasta el "Fútbol a sol y sombra". El autor de este último y de "19 de diciembre de 1971" es Roberto Fontanarrosa, que ahora publica en nuestro país "El mundo ha vivido equivocado" (nada que ver con el fútbol).

Empecé por el escritor, periodista (escribe habitualmente en "Clarín") y dibujante argentino Roberto Fontanarrosa, y algún día, más pronto que tarde, acabaré por Woody Allen. El genio neoyorkino acaba de conceder una entrevista a "Le Monde" en la que prestigia y da esplendor con sus opiniones al deporte, espectáculo al que uno de los directores más peculiares del cine americano asiste como atónito espectador.

Perdonen que, cada tres o cuatro meses, tenga que renovarme la sangre –como aseguran que hace Mick Jagger– y emplee esta página diaria como si fuera el diván del psiquiatra. Hoy me quiero recostar en ella para empezar a hablar, hablar, hablar... Sin ir más lejos de lo que me sucedió el pasado miércoles por la noche. Un (buen) entrenador de Primera que lo está pasando mal (con tendencia a "muy mal"), lloró amargamente sobre mi hombro y reflexionó acerca del, según él, bajo nivel del periodismo deportivo. No pude, ni quise, defenderme, porque no era el momento más propicio para ello. Y porque a lo mejor, entre ustedes y yo, resulta que tiene más razón que un santo de Jaén.

El "técnico X", la antítesis del "entrenador estrella", es un hombre con una formación sólida, al margen de la estrictamente futbolística, que pedía para sí mismo una justa correspondencia. Me echó un buen rapapolvos, quiero interpretar que como único representante de la prensa deportiva en varios kilómetros a la redonda. Hace años le regalé a Radomir Antic un librito de Fontanarrosa para limar viejas asperezas. Haré lo mismo con este otro. La vez anterior no sirvió para nada. Espero que ahora cambien las tornas. Y le pasaré el recibo a la Asociación de la Prensa Deportiva, que para algo estará, ¿no es cierto?

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