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Para robo, robo, el del tren de Glasgow. Aquello sí que dio para un buen montón de literatura, porque incluso se rumoreó que uno de los atracadores vivía a cuerpo de rey en Sudamérica, con un rostro diferente y una identidad desconocida. Ese sí que fue un robo, y no el del Dioni que ni tuvo tiempo para cambiarse la cara ni nada de nada. Si acaso, un peluquín de tres al cuarto. Pero como tenía un ojo "a la virulé" (un castizo diría que miraba a Cuenca), enseguida le dieron caza en Ipanema que es, por otro lado, donde acaban reunidos todos los atracadores del mundo (como Gandía para los madrileños).

Habrá que empezar diciendo que el gol de Rivaldo —el que habría supuesto el 2-3 definitivo— es legal. Losantos Omar se equivocó al anularlo. Y habrá que continuar explicando que esa equivocación es lo peor que podría haberle ocurrido al Real Madrid. Desde luego que el Barcelona pierde dos puntos por el camino, pero ya tiene una agarradera moral que justifique su nefasta temporada. No hay más que ver el recibimiento de la plantilla azulgrana a su llegada al aeropuerto del Prat, en loor de multitudes, cual héroes nacionales, zaheridos pero no hundidos, la barbilla alta, el pecho dentro. ¡El Barcelona había logrado salir vivo de la encerrona merengue!

Me resultaba patético escuchar a Frank de Boer diciendo eso de "es un roubo clarisimou". El holandés (que está pasando sin pena ni gloria por la Liga española, y que probablemente no sepa discernir lo que significa "robo" en castellano) repetía miméticamente lo que antes había escuchado a Gaspart y Serra Ferrer. A su vez, presidente y entrenador justificaban con el fallo de Losantos Omar un "annus horribilis" para ambos. Estoy convencido de que el presidente culé no cambiaba los tres puntos por lo que al final ocurrió en el Bernabéu. Freud lo llamaría "justificación del propio fracaso".

Creo que el Real Madrid gana muy poco (un insignificante punto más de diferencia con respecto al Deportivo) y pierde mucho. La Liga se envenenará a partir de ahora, inflando la "leyenda negra" del Real Madrid. Volveremos a escuchar términos como "centralismo" o "complot", y desde luego resonarán de nuevo en nuestros oídos palabras como "robo" o "manipulación". Como los culés sostienen que el Barcelona es más que un club, deducen que en su caso un error va mucho más allá, es más que un error: es un robo a mano armada. El inexistente penalti presuntamente cometido por Aguado en el Zaragoza-Valencia (un poco antes del Real Madrid-Barcelona) pasará al olvido, porque el Zaragoza es sólo un club de fútbol y los fallos que le perjudican son eso: fallos humanos, normales y cotidianos.

Por último, una reflexión: a la conclusión del partido, Joan Gaspart decía lo siguiente: "Florentino no tiene la culpa"... ¿Quién la tiene? ¿El Gobierno? ¿Aznar? ¿La Unión Europea? ¿El contubernio judeo-masónico? ¿Es Losantos del Madrid? El presidente del Barcelona respira tranquilo porque, gracias al árbitro del sábado, ya tiene explicación para una temporada nefasta.

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