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Si yo fuera entrenador de fútbol tendría un futbolista argentino en mi equipo. Uno por lo menos, y cuanto más atrás, mucho mejor. Quiero decir que los argentinos resultan letales arriba (no hay más que ver a Riquelme, Verón, Saviola o Aimar), pero incrustados en el centro del campo dan "cuerpo" por sí solos al equipo de que se trate (estoy pensando en Diego Simeone o Fernando Redondo), y en la defensa son capaces de ganar una Liga. A la hora de confeccionar su plantilla, el Valencia debió pensar en eso. El equipo de Rafa Benítez no tiene sólo un defensa argentino, sino dos (Ayala y Pellegrino) y aunque el segundo no sea santo especial de mi devoción, hay que reconocer que el primero es, hoy por hoy, uno de los mejores centrales del mundo. La pregunta es la siguiente: ¿Cómo responderá el Valencia a la ausencia obligada de Ayala durante un mes? La respuesta es "muy mal", responderá muy mal.

Este jueves, bien es cierto que con una mala suerte histórica, el Inter eliminó al Valencia de la Copa de la UEFA. Los italianos se adelantaron muy pronto en el marcador, y luego el "bombardeo" fue interminable. Benítez había advertido que él no sabía "cómo salir a empatar un partido" y, aunque trató de ganarlo, todo el esfuerzo fue baldío. No hubo nada que hacer. Y es que la "herida" por la que sangra este equipo es precisamente su ataque. En la Liga lleva sólo 36 goles a favor. Siete equipos han marcado más, y se da el caso curioso de que el Rayo Vallecano -penúltimo en la clasificación general- lleva esos mismos goles. Con ese bagaje tan paupérrimo, lo único que puede explicar la presencia valencianista en los primeros puestos de la clasificación es su defensa. Hasta ahora ha encajado sólo 24 goles, siendo el equipo menos goleado de Primera División.

Me llama mucho la atención por quién es Rafa Benítez, un amante del fútbol de ataque. Pero será quizás que se encontró ya armado al equipo y que de la necesidad decidiría hacer virtud. No le ha ido tan mal, pero yo creo que ahora sin Ayala se le avecina un mes muy complicado. En abril y mayo se va a decidir todo y dudo (cordialmente, eso sí) que el Valencia, apeado bruscamente de Europa, sea capaz de mantener la línea que lleva hasta el momento. ¿Sólo por la ausencia de Ayala? No. Creo que a este equipo se le han colgado demasiadas medallas antes de tiempo (ya era campeón de Liga y estaba jugando la final de la UEFA) y que ahora lo pagará en el aspecto psicológico. Porque, a la larga, para ser campeón hay que golpear primero. Y si puede ser, dos veces.

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