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Paul Newman ha sido elegido hace poco por la Academia como el mejor actor de la historia. Es muy curioso, porque a lo largo de su brillante carrera sólo ha logrado un "Oscar"; más llamativo aún es que lo consiguiera con un "film" de claras connotaciones deportivas -"El color del dinero"- en el que interpretaba a Eddie Felson, un mercenario del tapete, un "money player" retirado que adiestraba a su "alter ego", Tom Cruise, y a quien acompañaba por el proceloso mundillo de las apuestas. La relación de Newman con el personaje de "Eddie el Rápido" se remonta a 1961: en "El buscavidas" volvía a meterse en la piel del jugador, joven e impetuoso por aquel entonces, retador del histórico "Gordo de Nueva York", magníficamente recreado por Jackie Gleason (otro gordo genial).

Hace algunos días murió en South Park Island el auténtico "rey del pool" o billar americano; a Eddie Parker -el personaje real en el que obviamente estuvo inspirado su personaje cinematográfico- le hizo mundialmente famoso Newman, aunque hubo de someterse a la prueba del polígrafo para demostrar que era él, y que Parker era Felson. Lo logró. Aún hoy conserva un récord inigualable: 22 bolas en las troneras de un solo golpe; lo peor para él fue justamente acabar convertido en una leyenda, puesto que nadie se atrevía a retarle.

Llegó a esconderse detrás de varios "alias", y uno de ellos fue
el de Eddie Felson. Cuando resultó público y notorio que era el genuino "buscavidas", Parker se dedicó a vivir el "dolce farniente" entre la televisión, los manuales del jugador ideal y los vídeos de aprendizaje. Incluso Paul Newman le felicitó por un libro suyo, "Todo lo que usted quería saber sobre el pool y jamás se atrevió a preguntar", que resultó una fuente de inspiración inagotable. De exhibición en exhibición, Eddie Parker, Eddie Santee, Eddie Felson, Eddie Ezzell: Eddie el rápido en cualquiera de los casos, agotó sus últimos días como un jubilado feliz. El niño de 10 años que se colaba por la puerta de atrás en las salas de billar, a pesar de todas las recomendaciones en contra, para retratar el arte de los campeones, acabó siendo el mejor fotógrafo de pool de toda la historia. E incluso conquistó un "Oscar" a través de Paul Newman. Una vida de cine.

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