El pasado 4 de julio de 2002 escribí en Libertad Digital un artículo titulado ¡Que vuelva Lolo aunque sea de cabo!". El 2 de enero de 2003 se cerró la contratación de Sainz como nuevo director deportivo de la sección de baloncesto del Real Madrid, y el ex seleccionador nacional acaba de ser formalmente presentado por Jorge Valdano. Se ha perdido un tiempo precioso, pero Lolo –que conoce la casa como la palma de su mano– sabrá reordenar una sección que lleva dando bandazos desde que aburrieron a Obradovic y el yugoslavo tuvo que emigrar a Grecia para seguir ganando títulos y más títulos. Alguien ha tenido la brillante idea de repescar a Sainz, aunque no como cabo sino como capitán general con mando en plaza. O lo que es lo mismo: Valdano a su fútbol, y los que saben de baloncesto al baloncesto.
La decisión de contratar a Lolo Sainz me huele a Florentino Pérez, que para algo es el auténtico director general deportivo del Real Madrid. Suya fue la iniciativa de fichar a Figo, Zidane y Ronaldo, y suya también la de traerse a Javier Imbroda para que se hiciera cargo del primer equipo de baloncesto. Si por Valdano fuera, Del Bosque ya no estaría entrenando al equipo de fútbol, pero F.P. impuso su criterio de mantener al salmantino en el banquillo. La única aportación de Jorge al baloncesto merengue fue la apuesta de Scariolo como entrenador y director deportivo al mismo tiempo, y aquello acabó como el rosario de la aurora. ¿Por qué digo que se ha perdido mucho tiempo? Muy sencillo. No me puedo creer que Lolo Sainz sea más barato en enero de 2003 que en julio de 2002. Si F.P. no quiere pasar otro trago como el del Torneo de Navidad deberá dotar a la sección, presupuestariamente hablando, de los recursos que históricamente ya se ha ganado.
Que nadie espere milagros. La sección está por los suelos, y el equipo –décimo en la Liga– deberá luchar ahora por clasificarse para la fase final de la Copa del Rey. El nombramiento de Lolo Sainz es, además de cabal, un pasito al frente. Pero Lolo ya no juega, lamentablemente. El otro día, al final del primer cuarto que enfrentaba a Real Madrid y Barcelona en la Liga ACB, un aficionado me dijo: "¡Pues ha empezado ganando el Madrid!"; "sí, pero terminará ganando el Barcelona", le contesté... "¿por qué estás tan seguro". "Porque son mejores". Así de sencillo. Ganó el Barcelona. Y es que a los buenos jugadores no logra arredrarlos ni siquiera un mal entrenador. Mucho menos un mal director general deportivo.
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