En una película de los hermanos Marx (sin duda alguna, los filósofos más trascendentales del siglo XX), Groucho -nombrado director de un hotel- reúne a todo el personal; puro en mano recorre arriba y abajo la larga fila de botones, porteros, asistentas y camareros que atienden, firmes, serios, barbilla arriba, pecho dentro, al loco que -sin ellos saberlo- va a ser su nuevo jefe a partir de ese instante. "Lo primero que haremos", dice Groucho, "es cambiar el número de todas las habitaciones". A lo que
alguien responde: "Pero, señor, eso será un lío"; Groucho sentencia: "Desde luego, pero ya verán cómo nos divertimos".
Tras la derrota ante la Universidad de Las Palmas, Jesús Gil ha decidido precisamente cambiar el número de todas las habitaciones; la que ocupaba hasta ahora Miguel Ángel Ruiz ha pasado a ser de Paulo Futre, que estará acompañado por Manuel García Quilón (conocido representante de jugadores) y Vicente Montes, abogado del ex-futbolista portugués. Tras el escándalo nocturno del jueves (a Kiko le iban a dar la "voleta" a las once, mientras que a las doce era imprescindible), el delantero gaditano se queda al menos hasta la conclusión de la actual temporada. Hugo Leal seguirá, por lo menos hasta diciembre a la espera de que el Benfica vuelva a la carga; y a pesar de los rumores, también continúa Miguel Ángel Gil.
Si la crisis del Atlético se disipa (cuestión ésta que ahora mismo parece imposible a corto plazo), el notición podría darlo el propio Jesús Gil; el presidente rojiblanco está harto, y sus íntimos comentan "sotto voce" que se irá en breve. Comprendí el amargo "¡que les den!" de J.G., un hombre hundido y enajenado al observar cómo sus jugadores se arrastraban en Maspalomas; no entiendo, ni del derecho ni del revés, el sainete que organizó el viernes. De esa orgía se ha aprovechado Pablo Futre, nombrado flamante secretario técnico del club.
Habrá que seguir la pista del nuevo responsable deportivo del Atleti; habrá que comprobar qué jugadores llegan, cómo y cuando lo hacen, y en función de qué criterios. Estos cambios van a ser un lío, pero ya verán cómo nos divertimos.
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