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Juan-Mariano de Goyeneche

Mozart también era un "pirata"

Entre 1770 y 1773, Mozart viajó hasta por 3 veces a Italia en compañía de su padre Leopold. Milán, Roma o Bolonia fueron algunos de los escenarios que el padre utilizó para exhibir las habilidades de su hijo.

A comienzos del verano de 1770 ambos se encontraban en Roma, y allí el joven Wolfgang llevó a cabo una proeza extraordinaria. Junto a su padre asistió en la Capilla Sixtina a una interpretación del famoso Miserere de Gregorio Allegri. La pieza era tan venerada que el propio Papa había dictado orden de excomunión para aquel que osara robarla o copiarla, con lo que únicamente podía escucharse en ese privilegiado recinto.

Al volver a casa, Mozart, sin duda divertido con la situación, tomó papel pautado y, de memoria, se puso a transcribir, nota por nota, la obra que acababa de escuchar. No se puede decir que la tarea fuera fácil en ningún caso, pero es que además la composición tampoco ayudaba demasiado: estaba escrita para nueve voces y dos coros. Días después Mozart volvió a la Capilla para comprobar la calidad de su trabajo. En toda la partitura había cometido tan solo dos errores, y además nimios. Tenía entonces 14 años.

Resulta jugoso constatar que, hoy en día, Allegri y su Miserere son todavía famosos gracias única y exclusivamente a que Mozart "pirateó" su obra de esta impresionante manera.

La anécdota podría considerarse un inofensivo pecado de juventud contra los derechos de autor, pero años después –seguía siendo joven, nunca dejó de serlo– vuelve a caer en una acción que no gozaría, seguramente, de las simpatías de nuestras actuales sociedades de autor.

Sin que conste pago de canon ni indemnización alguna, en su ópera Don Giovanni introduce (acto II, escena decimoquinta) melodías de las óperas Una cosa rara, de su amigo el español Vicente Martín y Soler, y Fra i due litiganti il terzo gode, de Giuseppe Sarti.

Se enteran de todo esto los de la SGAE y demás compañeros "mártires", y son capaces de montarnos un "día sin Mozart". Y eso que el pobre no usaba Internet, que al parecer es la causa de todos los males.


Juan-Mariano de Goyeneche trabaja en el Departamento de Ingeniería Telemática de la UPM.

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