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Juan-Mariano de Goyeneche

¿Pero qué diantres dice la GPL?

En el proceso legal que ha levantado contra IBM, SCO ha dicho que la licencia GPL (General Public License), la más usada en los programas libres empezando por el propio kernel Linux, viola la Constitución de EEUU, los derechos de autor, las leyes antimonopolio y las leyes de control de exportaciones. Y no han añadido que atenta también contra el Derecho Natural, los Derechos Humanos y el Derecho Divino porque tenían un día cauto y comedido...
 
Aunque ni razonan ni justifican sus afirmaciones (las que comentamos están al final de la página 16), ante aseveraciones de semejante calibre es lógico que la gente se pregunte qué dice realmente la GPL. Lo mejor para no dejarse engañar es leerla y salir de dudas: el texto, en inglés, se encuentra aquí, aunque existe una traducción no oficial en esta página.
 
Como se ve nada más examinarla, se trata de una licencia muy especial: mientras que casi todas se concentran en recortar y/o eliminar libertades a los usuarios de programas informáticos (a hacer copias, a analizar su funcionamiento, a modificarlos...), la GPL utiliza los mismos mecanismos legales que éstas, pero para garantizar que esas libertades no se pierdan en ningún momento. Existe un interesante estudio dedicado a analizar y comparar la licencia de Windows XP y la GPL donde se marcan todas las frases que garantizan, o por el contrario recortan, dichas libertades. Al final de este breve artículo, comentario del estudio, se resumen bien claramente las obligaciones, concesiones y restricciones que imponen ambas licencias. Ilustrativo.
 
Pero no contenta con hacer énfasis en todas esas garantías, la principal restricción que impone la GPL a los usuarios es la de que éstos no puedan a su vez recortar a posibles terceros las libertades que ellos han recibido. Con otras licencias de software libre, como la BSD, es perfectamente posible –y no sería el primer caso– que alguien que ha recibido un programa libre lo modifique mínimamente y lo distribuya de forma propietaria que no permita ya ni la copia ni la modificación ni prácticamente el uso. La GPL te obliga, si distribuyes software GPL que has modificado, a que lo hagas dando las mismas libertades que has recibido. Y si no, no lo distribuyas.
 
Es difícil imaginar cómo puede atentar eso contra la constitución americana. Seguramente SCO tampoco lo sabe: mucha gente piensa que dicen cosas así por el golpe de efecto. Ya les ha funcionado un par de veces, con subidas en sus acciones tras conseguir un titular de estos. Pero es evidente que con estrategias así las empresas se precipitan, de subidita en subidita, hacia el gran descalabro final. Y entonces, recordando un título de nuestro recientemente desaparecido Vizcaíno Casas, "¡todos al paro!".

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