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Juan-Mariano de Goyeneche

¿Quién necesita decodificadores? 1

Me pareció muy interesante el artículo de El País explicando cómo piratear Vía Digital para ver los partidos del mundial sin pagar.

Lástima que, sin duda por motivos de falta de espacio, no hayan contado también cómo ver y escuchar Canal Plus sin necesidad de decodificador, con lo interesante que es desde el punto de vista científico e ingenieril (sistemas lineales, tratamiento digital de la señal, estadística, electrónica...) y lo que ayuda a entender conceptos de estas disciplinas.

El sistema empleado por Canal Plus para impedir que se vea su cadena sin pagar se llama Nagravision. Fue desarrollado por la empresa suiza Kudelski e inscrito en el registro de patentes americano bajo el número 5375168 el día 20 de diciembre de 1994.

A diferencia de otros sistemas de este tipo, aquí no se limitan a hacer ininteligible la imagen, sino también el sonido.

En lo que concierne a la imagen, la emisora desordena las líneas que la forman y las envía. Con la señal de televisión se manda también información –protegida criptográficamente– a partir de la cual el decodificador que los abonados tienen en su casa calcula el orden correcto que deben ocupar las líneas de la imagen, las reordena de acuerdo a esa información, y las presenta en pantalla.

La principal dificultad que encontraron los que pretendían ver la imagen sin emplear un decodificador estaba en que la información para reordenar las líneas estuviese cifrada. Intentar descifrarla resultaría inútil: aunque se lograra, nunca podría hacerse con la suficiente rapidez como para presentar las imágenes reconstruidas a un ritmo adecuado.

En su lugar emplearon otra técnica con ayuda del ordenador. Simplificando un poco para pasar por alto detalles de cómo se codifica la señal de televisión (para el que quiera profundizar: diferencias entre imagen y campo, reordenación de líneas a nivel de campo y no de imagen), la técnica es muy simple: si no se puede descifrar cuál es el orden correcto de las líneas, se cogen éstas cual si de un puzzle se tratara, y se las intenta colocar en su orden correcto.

Claro que aquí no se tiene la foto de cómo debe quedar el puzzle una vez completado, así que la operación es algo más difícil, sobre todo porque se deben reordenar correctamente las 575 líneas visibles (hay otras que se envían pero no se muestran) que forman cada imagen. Y debe hacerse muy rápido porque el sistema de televisión que se emplea en España emite 25 imágenes por segundo y no se puede seguir reconstruyendo una imagen cuando ya toca presentar la siguiente.

Cada línea de la imagen de televisión está formada por puntos. En una imagen no codificada, los puntos de una línea apenas se diferencian de los que hay inmediatamente arriba y abajo. La razón es sencilla: en la naturaleza, los cambios de luminosidad y de color no se producen, en general, de forma abrupta, sino gradual. Puede que entre la parte superior y la inferior de la pantalla la diferencia sea muy grande, pero las 2 ó 3 líneas superiores son muy parecidas entre sí, las 2 ó 3 líneas inferiores son muy parecidas entre sí y, en general, un número pequeño de líneas consecutivas apenas se diferencian entre sí.

Apoyándose en esto, existen en Internet varios programas de ordenador que analizan las líneas de una imagen y las reordenan, buscando que cada línea esté junto a las que más se parezcan a ella.

Las imágenes codificadas se obtienen a través de tarjetas capturadoras de televisión, que por unos 60 euros permiten ver la televisión en el ordenador. Si éste es suficientemente rápido, la operación de ordenación se puede hacer a tiempo para presentar la imagen reconstruida con la suficiente velocidad. Es decir, no se nota que se esté haciendo ninguna operación: parece que se esté sintonizando un canal normal y corriente.

(Para el que quiera profundizar: los lectores que hayan cursado estudios de estadística recordarán, puede que con pesadillas, la operación de correlación. Operación que a muchos nos explicaron únicamente como intimidatorios sumatorios e integrales, y que seguramente hubiéramos entendido mucho antes y mejor con este ejemplo: la operación de ordenación de las líneas de la imagen de TV que hemos visto busca encontrar la posición en la que la correlación entre ellas es máxima).


En el siguiente artículo nos adentraremos en las peculiaridades del sonido.


Juan-Mariano de Goyeneche trabaja en el Departamento de Ingeniería Telemática de la UPM.

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