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Juan Morote

Lo que hay dentro

A Rubalcaba le gustaría que literalmente fuese intolerable. Es decir, que simplemente no estuviese permitido discrepar abiertamente de la acción perpetrada por la Audiencia Nacional poniendo en libertad a este etarra.

Cuando alguien, sea quien sea, y prescindiendo del motivo, se ve acorralado, sale lo que de verdad lleva dentro. Uno puede usar un inglés exquisito, que cuando alguien se salta un semáforo en down town de Miami, sin duda le insultará en español. Y de esta guisa ha salido hoy el liberticida Rubalcaba, señor de Sitel, amo del CNI, barón de la gendarmería y marqués de lo que no sabemos. Lo que sí hemos conocido es que cuando está pinzado, como ahora entre Troitiño y el Faisán, le sale la vena intransigente, el más genuino de los ramalazos sociatas: "es intolerable que se critique la actuación de la Audiencia", Alfredo dixit. Claro que a Rubalcaba le gustaría que literalmente fuese intolerable. Es decir, que simplemente no estuviese permitido discrepar abiertamente de la acción perpetrada por la Audiencia Nacional poniendo en libertad a este etarra. De esta forma, podría perseguirnos al más puro estilo de Hugo Chávez. Lo siento señor sucesor a título de vicepresidente, todavía en España no han conseguido ustedes, los socialistas, amordazar a la prensa. Es bien cierto que han intentado comprarla a casi toda, a unos con mucho dinero, a otros con limosnas; sin embargo, siempre vamos a quedar irredentos que contemos cómo vemos las cosas, casi siempre diferente de la visión de ustedes.

La actuación de la Audiencia en el mal llamado caso Troitiño ha sido lamentable. Digo mal llamado caso Troitiño porque deberíamos hablar de la Audiencia contra la ciudadanía. Tal y como ha puesto de manifiesto el Tribunal Supremo, un error jurídico ha dado con un peligrosísimo terrorista, primero en la calle y segundo en paradero desconocido. Ignoro si ya está en Venezuela, o si sólo va de camino; lo que sí tengo claro es que no se va a presentar por su propio pie en la puerta del Ministerio del Interior. También resulta indudable que, tras la cooperación de parte de las Fuerzas de la Seguridad del Estado en la huida de los cabecillas de la financiación de la ETA, mucha gente anude De Juana, ¡pobre Iñaki!, Faisán, Troitiño... Y estarán en su legítimo derecho de asociarlo. Este tipo de jugadas hace un flaco favor a la credibilidad de nuestro sistema democrático, el sector económico sólo es un reflejo del estado del conjunto.

Por si faltaba algo en este desastre, sale un muerto resucitado, propio del final de la Semana Santa, para insultar a Jaime Mayor. Don Jaime no precisa que yo le defienda, ni María San Gil, ni José Antonio Ortega Lara, ni José Alcaraz, ni tantos otros que han empeñado su vida para que todos los demás seamos un poco más libres. Rodríguez Ibarra también ha sacado lo peor de su interior; la inminente derrota que barrunta el PSOE extremeño le ha forzado a parafrasear a Arzalluz para insultar a Jaime Mayor. Parece que no se atreve a realizarlo con sus propias palabras. Cuánta mezquindad e intolerancia tienen dentro.

En España

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