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Juan Pablo Polvorinos

La tremenda incoherencia de la clase política

Vivimos en un país donde reina el "haz lo que digo pero no lo que hago".

Instalados en su contradicción permanente, los políticos nos han regalado la semana grande de la incoherencia. Lo cual, en los tiempos que corren, tampoco supone una gran novedad.

En Cataluña, los independentistas han conocido este jueves que el Tribunal Constitucional les da un grupo parlamentario propio en el Senado. Pues bien, he aquí la primera gran incoherencia. Como la sentencia les favorece, los mismos que desobedecen al Alto Tribunal sistemáticamente y lo acusan de trabajar al dictado del Gobierno de Rajoy argumentan ahora que "hay que cumplir de forma clara" su mandato.

Son los mismos que te colocan un texto sobre el referéndum para ser votado en el Congreso y defienden que de ninguna manera se vote en las Cortes el proyecto rupturista de Carles Puigdemont.

Más incoherencias. En las últimas horas hemos visto al ministro Cristóbal Montoro hacer una defensa numantina de su amnistía fiscal, porque "había que echar un cebo a los pececitos", y afirmar que están estudiando prohibir las amnistías fiscales. En medio quedó la colleja que le dio el TC por unanimidad días a atrás.

Pero es que ayer, en el mismo lugar, le preguntan a Rajoy por la sentencia del TC que declara nula la amnistía a los defraudadores fiscales y el jefe del Ejecutivo responde diciendo que él siempre respeta las decisiones judiciales y no valora las sentencias… pero añade a renglón seguido que los argumentos del Constitucional contra la amnistía fiscal son "juicios de valor".

En el PSOE tampoco se quedan atrás. Pedro Sánchez anda ahora vendiendo la plurinacionalidad de España, la descentralización del país como la solución a las reclamaciones de autonomías como la catalana. Y esto lo dice el líder de una organización política que se acaba de recentralizar para blindarse frente a los críticos mientras quita poder a los barones regionales.

Es ese mismo PSOE que el martes dijo que el tratado de libre comercio de la Unión Europea con Canadá es tremendamente positivo y que lo va a apoyar. Los mismos socialistas que se defendieron de las críticas invitando a Podemos a "pasar de su fase adolescente y a decir de una vez si cree o no en el proyecto europeo". Al día siguiente, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, dice que eso no se va apoyar. Y solo 24 horas después el PSOE anuncia que se abstiene. Muy sensato todo.

Por último, resulta que esta semana imputan a Celia Mayer y a Carlos Sánchez Mato por tres delitos. Se da la circunstancia de que los dos son concejales de Ahora Madrid, una formación donde rige un código ético en el que se contempla que los imputados deben dimitir ipso facto por salud democrática. Pero los afines a Pablo Iglesias en este caso no sólo no dimiten sino que, además, dicen que hay que darles las gracias porque persiguen la corrupción más que ningún otro partido.

Vivimos en un país donde reina el "haz lo que digo pero no lo que hago". Y a pesar de que la incoherencia genera desprestigio en todos los campos de la vida, a ellos les da lo mismo. Sencillamente, porque ni les importa ni les afecta.

En España

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