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Juan Velarde

El IPC de España y Chile

Da la impresión de ser una ley de la naturaleza. A más corrupción, más clara la disminución del PIB y viceversa.

Da la impresión de ser una ley de la naturaleza. A más corrupción, más clara la disminución del PIB y viceversa.

Iba yo por una calle de Santiago de Chile y en un quiosco adquirí un ejemplar del semanario Ercilla. En la portada, un mapa de Chile y una garra espantosa que avanzaba sobre él. El titular rezaba La corrupción avanza sobre Chile. A partir de aquel momento seguí lo sucedido. Una autoescuela de un hermano de un legislador socialista chileno lograba que se despachasen, como consecuencia de esta conexión, con más comodidad y rapidez los permisos de conducir a quienes los tramitasen a través de su empresa. Quedé un poco asombrado de que a aquello se le diese tanta importancia. Pero el mundo político chileno no pensaba así. El presidente de la República, a la sazón el socialista Ricardo Lagos, hizo que el senador hermano del implicado presentase la dimisión con gran rapidez, y se investigó hasta comprobar que todas las autoescuelas recibían el mismo trato.

¿Por qué era tan importante? Existe otro IPC entre las siglas que manejan los economistas: el que recibe las iniciales del Índice de Percepción de la Corrupción que construye, año tras año, Transparencia Internacional. Toda una serie de investigadores españoles, quizá en cabeza va el profesor Andrés Fernández Díaz, han mostrado la fortísima correlación entre este IPC y el incremento o caída del PIB. Da la impresión de ser una ley de la naturaleza. A más corrupción, más clara la disminución del PIB y viceversa. Este IPC, cuando es 0, muestra corrupción absoluta y si es 10, limpieza plena.

Francisco J. Poyato en ABC del 11 de marzo titula una colaboración así: "La autoescuela de empleo logró más de 840.000 euros. La empresa obtuvo las subvenciones después del nombramiento de Antonio Fernández", quien, según se dice en el artículo es "también miembro de la ejecutiva provincial del PSOE" de Córdoba. Naturalmente, me acordé de inmediato de Chile, y se me ocurrió consultar el Corruption Perceptions Index 2010 donde el IPC chileno había sido 7,2 y el de España, 6,1. Chile ocupa el puesto mundial 21, de menor a mayor IPC, y se sitúa entre el Reino Unido (puesto 20) y Bélgica (puesto 22). España está en el puesto 30, exactamente detrás de los Emiratos Árabes Unidos e inmediatamente delante de Portugal. Añadí la consulta a los últimos datos de los incrementos anuales del PIB. Eché mano de The Economist de 12 de marzo de 2011. Chile está creciendo a una tasa anual del 7,0%, y España a una del 0,6%. Por supuesto, bien sé que correlación no es causalidad, pero, como un día me dijo agudamente ante dos fenómenos muy paralelos el profesor Estapé: "No habrá causalidad, pero tampoco es una casualidad".

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