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Julio Cirino

Las FARC elevan la apuesta

Supera largamente la centena el número de muertos y heridos habidos durante los choques armados acaecidos en Colombia durante los últimos cuatro días. Los ataques comenzaron el pasado miércoles 18 y las acciones se extiende aún hoy. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el grupo guerrillero mas numeroso entre los que asolan el país, lanzó un ataque simultaneo contra la localidad de Vagado (unos 500 km. al noroeste de Bogotá), al tiempo que procuraba destruir con cilindros explosivos la ciudad de Dabaida, situada en la región productora de banano cercana a la frontera con Panamá.

En estas acciones uno de los modernos helicópteros Black Hawk que Colombia comprara –años atrás– a un costo de 11 millones de dólares cada uno, se estrelló después de recibir fuego enemigo. Murieron sus 22 ocupantes cuando procuraba dar apoyo a sus compañeros que combatían, en inferioridad numérica, con una columna de las FARC estimada en 500 hombres. El helicóptero de combate comenzó a recibir impactos al acercarse a la zona de aterrizaje, pero aún no se pudo determinar si fue esta la causa de la caída o si el rotor de cola chocó accidentalmente contra el terreno provocando el desastre.

El helicóptero caído es gemelo de los que el ejército y la policía de Colombia esperan recibir a partir del año entrante. El viernes 20 por la tarde, otro Black Hawk fue seriamente dañado en la región de Arauca, cuando transportaba tropas para enfrentar a un grupo de guerrilleros de las FARC que pretendían volar un oleoducto (en lo que va del año el oleoducto fue volado 77 veces, y en lo que va del mes se bombearon 83.000 barriles, cuando el promedio mensual debería estar cercano a los 3.000.000 de barriles).

La particular geografía de Colombia -con sus selvas y sus montañas cubiertas casi todo el día de neblina-, unida a una deficiente red caminera, que en muchos casos se convierte en una angosta vereda de tierra, obliga a las fuerzas armadas a maximizar la utilización de los helicópteros, tanto para transportar tropas y suministros como para evacuar heridos. La administración del Presidente Clinton, en el marco del paquete de ayuda que se conoce como “Plan Colombia”, cuyo costo trepa por ahora a los 1.300 millones de dólares, venderá a los colombianos 15 nuevos Black Hawks, equipados con armamento pesado.

Para las FARC, el único elemento que hoy puede desequilibrar la ecuación de fuerzas es un sustantivo incremento del poder aéreo con que cuenta el estado colombiano, si este se incrementara sustantivamente, podría revertir la suerte de un conflicto que no parece tener salida militar hoy. Ante la posibilidad que esto sucediera, las FARC comenzaron a adquirir ametralladoras calibre 50 y un numero aún no determinado de mísiles portátiles tierra-aire por un valor que supera los 10 millones de dólares, mísiles que podrían convertirse en la pesadilla de la Fuerza Aérea Colombiana.

Con estos ataques, las guerrillas no sólo buscan demostrar su capacidad para montar operaciones complejas y de envergadura, sino también la existencia de una verdadera estrategia contra el Estado Colombiano, procurando forzar su retirada de tantos municipios como le resulte posible. En este marco se inscriben los ataques a la estaciones de policía, los ayuntamientos y las viviendas de los alcaldes que no le son adictos, forzando de esta manera al Estado a replegarse con lo que la población se siente mas y mas desprotegida.

Lo sucedido en estos días no deja lugar a dudas de que las FARC buscan una “salida” militar al conflicto. Creen estar en condiciones de enfrentarse abiertamente con el Estado. La pregunta que queda sin respuesta es si el Estado y el pueblo colombianos podrán encontrar una respuesta para la amenaza que enfrentan.

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