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Ketty Garat

Rubalcaba + maquillaje = Valenciano

¿Qué qué dicen los míos? Pues poco. Están aquí como para preocuparse de otros asuntos que no sean los suyos...

Querido Pablo:

Me sorprendes. ¿Letargo? ¿El Gobierno? ¡Pero qué me dices! Yo que hasta ahora pensaba que eso era sólo para los míos, y me sorprendes con que el Ejecutivo de tu querido Mariano se ha contagiado de tan corrosivo mal... Una ya no sabe a lo que enfrentarse. No está mal, no obstante, que afrontemos el presente con la objetividad que merecen los acontecimientos informativos, pues lo que se fragua en estos momentos en la esfera pública con el acoso a los políticos tiene nombre propio en democracia: un delito de subversión. Un atentado contra el sistema vigente que, al parecer, nadie se atreve a denunciar públicamente. Tanto Esteban González Pons, como el resto del PP y del Gobierno se afanan en repudiar la conculcación de derechos de sus familiares que han de sufrir la erosión de quienes ocupan puestos en el servicio público. Pero es un error de bulto afrontarlo desde una perspectiva tibia que desenfoca la amplitud del problema al que se enfrenta esta convulsa España nuestra.

¿Qué qué dicen los míos? Pues poco. Están aquí como para preocuparse de otros asuntos que no sean los suyos... A veces, hablan de menos; otras, de más. Y nadie da en el clavo un golpe seco que permita enderezar a la formación. Tras la crisis de Ponferrada y del caso Blanco, se habló de cambios. Fueron cobrando fuerza en las quinielas hasta que descubrimos que la dimensión de los mismos. Para afrontar el futuro el PSOE sigue tirando del pasado. Un pasado con nombre propio, eso sí, perfil moderado, más racional y sensato: el de un Ramón Jáuregui que no tendrá voz ni voto en la Ejecutiva, sino sólo un puesto con el que recuperar a quien Rubalcaba siente "enorme debilidad" aunque su ‘debilidad’ estuviera fuera de los órganos de poder.

El humo de estos aireados cambios pasa por otros dos axiomas. El primero: que las mujeres de Rubalcaba perpetran su operación de maquillaje. Me explico. Que para corregir el "error de principios" de Ponferrada, donde el PSOE apoyó la moción de censura apoyada por un acosador sexual, lo que hace el PSOE es redoblar las áreas de Igualdad y colocar a más mujeres en los órganos de dirección (Carmen Montón en el Congreso y María Chivite en el Senado). Digo yo que si el error de principios surge de la dirección, Igual dá el maquillaje porque el problema es el mismo. Lo mismo pensarán las recién nombradas que al salir de Ferraz el jueves noche se encogían de hombros sobre sus funciones: "No se exactamente, yo tampoco entiendo...".

El segundo axioma es que aquí sólo entran dirigentes, pero ninguno sale. No dimitió Óscar López, a pesar del mayúsculo patazo, ni tampoco Elena Valenciano –que conocía la operación-. Y la solución es... ¡Que Elena le quite poderes a Óscar! Digo yo: Tanto monta, monta tanto.

Para colmo, Rubalcaba nos anuncia que a partir de ahora, las cuestiones internas se las dejará también a su número dos. Él se centrará en las soporíferas sesiones de control en las que repite argumentos más sobaos que los pasiegos, y proyectando su imagen internacional y en la calle. En otras palabras: que cultivará su imagen externa habida cuenta que la interna ya no tiene solución. Y con esto, dice él, conseguirá cumplir su contrato hasta 2016 aunque desilusione a la parroquia. No se si en referencia a los suyos, o a nosotros. La cuestión es que esta misma semana el PSOE ha vuelto a pactar con las formaciones proetarras. No en un pequeño municipio del País Vasco, territorio de su delfín Patxi López. No. Aquí, en el Congreso de los Diputados, se produjo el jueves lo que Alfredo dijo que nunca se produciría: una firma conjunta entre diputados del PSOE y diputados de Amaiur.

Fue el 13 de diciembre de 2012 cuando Rubalcaba vetó, junto a Rosa Díez a la formación proetarra Amaiur en el recurso de inconstitucionalidad "histórico" que todos los grupos iban a presentar ante el TC contra la no revalorización de las pensiones. "Las fotos conjuntas tienen alguna dificultad", dijo entonces Rubalcaba. Su equipo se hartó de explicar que ellos jamás firmarán junto a quienes apoyan a los terroristas. Hasta hoy. La firma que hoy podemos leer de la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, y el de Amaiur, Xavier Mikel Errekondo, se incluye en un documento en repulsa del asesinato Yolanda González, cuyos familiares asistieron esta semana a la cámara para asistir al desconcertante espectáculo de ver cómo los portavoces de UPyD se levantaban de la mesa al estar presente Amaiur. Coherencia, la de la formación rosa magenta, pero no la de la roja, cuyos representantes simplemente vetaron unos párrafos con referencias a los crímenes de los GAL por considerarlos "inaceptables y demenciales". (De esto Rubalcaba ni mú).

Lo que resta preguntarse es a quién se dirigen las preguntas. Pues si Valenciano presume de que, en la nueva estructura, Rubalcaba es el presidente y Elena la vicepresidenta, suponemos que al primero no se le podrá preguntar, y la segunda, simplemente, pasará palabra.

Un beso, Ketty

P.D: Gracias por la invitación pero a mi Cristo de los navegantes de mis tierras marineras ferrolanas no me lo pierdo yo ni jarta.

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