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Larry Elder

Un brillante plan para ganar la guerra

El inteligente plan de los demócratas tiene desconcertados a Al Qaeda, los militantes baasistas, los escuadrones sunníes de la muerte y las milicias chiíes, que ahora mismo están como un flan pensando qué será lo próximo que se saquen de la manga.

Ya se puede decir. Los demócratas sí tienen un plan de victoria en Irak. Es tan simple como brillante: confundir, despistar y sorprender al enemigo.

[Votar a favor de la resolución conjunta para dar autorización a Bush para utilizar la fuerza contra Saddam Hussein fue] la decisión más difícil que nunca he tenido que tomar, pero voté con convicción. Quiero que este presidente, o cualquier otro futuro presidente, se encuentre en la posición más fuerte posible para encabezar a nuestro país, sea en Naciones Unidas o en la guerra.

Senadora Hillary Rodham Clinton, demócrata de Nueva York, 10 de octubre del 2002

¿Pero la Cámara no acaba de votar una resolución oponiéndose al plan del presidente de incrementar el número de soldados en Irak? ¿Y no votaron también a favor de la resolución conjunta del 2002 autorizando la guerra todos los senadores demócratas que ahora se presentan a presidente y que ya entonces ocupaban un escaño? Pero todos ellos apoyan ahora alguna forma de retirada para una fecha concreta. Se trata de confundir a nuestros enemigos.

Lo que he dicho es que creo que necesitamos más tropas.

Senadora Clinton, 7 de diciembre de 2003

¿Pero no votó el Senado unánimemente (81 a 0) para confirmar al general David Petraeus como el nuevo mando militar en Irak? ¿Y no apoya Petraeus el plan del presidente de incrementar los niveles de tropas, afirmando que este "incremento gradual" es necesario para lograr nuestros objetivos? Pero aún así, los mismos demócratas –y algunos republicanos– que votaron a favor de Petraeus se oponen al plan para lograr los objetivos que tanto éste como el presidente han declarado. Ahora mismo, en alguna parte de Irak, algún confuso simpatizante de Al Qaeda tiene que estar diciendo, "ningún gobierno puede ser tan disfuncional".

[El secretario de Defensa Donald Rumsfeld] no fue a Irak con las tropas suficientes para establecer la ley y el orden.

Senadora Clinton, 3 de agosto del 2006

Tras las elecciones del año pasado, los votantes se deshicieron de los republicanos y pusieron a los demócratas a cargo tanto de la Cámara como del Senado. Los demócratas lo calificaron de referéndum sobre la guerra en Irak, argumentando que los votantes querían sacar a las tropas. ¿Pero no reveló una encuesta reciente de la CBS que un 50% de los estadounidenses era realmente optimista en cuanto a las "perspectivas de éxito a largo plazo" en Irak? Solamente el 8% de los norteamericanos quería "bloquear toda financiación" a las tropas. Con respecto a la resolución no vinculante contraria al incremento, el 45% decía que el Congreso no debía aprobarla, frente al 44% que decía que sí. En lo que se refiere al número de soldados en Irak, sólo el 28% pide que regresen todas.

En lugar del aumento de tropas norteamericanas –que no creo que vaya a contribuir al éxito a largo plazo en Irak– deberíamos iniciar un redespliegue por fases como modo de presionar al gobierno iraquí para que asuma la responsabilidad de su propio futuro y su seguridad.

Senadora Clinton, 17 de enero del 2007

Pero cuando una encuesta reciente del Investor's Business Daily/TIPP preguntaba a los estadounidenses "cuán importante es una victoria americana en Irak", un 42% decía que "muy importante" y un 24% que "importante en alguna medida". Sólo el 13% se apuntaba a contestar que "no es importante en absoluto". Pero aproximadamente setenta demócratas de la Cámara –en una propuesta de ley verdaderamente ingeniosa diseñada para mantener despistado al enemigo– han constituido el Out of Iraq Caucus, para dar la errónea impresión de que son el reflejo del sentimiento popular sobre el asunto.

Mientras tanto, el congresista John Murtha (que también votó a favor de la guerra) simula querer ir aún más allá. Se jacta de tener preparado un plan para suspender la financiación a hurtadillas: "No serán capaces de continuar. No podrán llevar a cabo el despliegue. No tendrán el equipo, no tendrán el entrenamiento y no podrán realizar la labor". Las cabezas de nuestros enemigos deben estar echando humo.

Si yo hubiera sido presidente en el 2003, nunca habría iniciado esta guerra, y si aún está en marcha cuando sea presidente en el 2009, le pondré fin.

Senadora Clinton, 12 de febrero del 2007

De modo que ahí lo tenemos. El Congreso –con un sustancial apoyo demócrata– vota a favor de autorizar la guerra. Muchas de las mismas personas que votaron a favor de la guerra ahora se oponen a ella. De modo que aprueban una resolución, no vinculante y por tanto carente de cualquier capacidad legal, para impedir el incremento de tropas. El Senado confirma unánimemente como principal mando en Irak, a un general nuevo con experiencia en contrainsurgencia, para después oponerse al mismo incremento de tropas que el militar apoya. Los demócratas, con algunos republicanos, afirman que las elecciones del año pasado demostraron que los americanos quieren salir de Irak, pese a que las encuestas demuestran lo contrario.

Esto podría explicar el motivo por el que, al parecer, Muqtada al-Sadr salió como alma que lleva el diablo a Irán. El inteligente plan de los demócratas tiene desconcertados a Al Qaeda, los militantes baasistas, los escuadrones sunníes de la muerte y las milicias chiíes, que ahora mismo están como un flan pensando qué será lo próximo que se saquen de la manga.

Sun Tzu, en El arte de la guerra, dice: "Es lo mismo en todas las batallas. Utilizas un enfoque directo para confrontar al enemigo. Utilizas la sorpresa para ganar". ¡Brillante, demócratas! ¡Absolutamente brillante!

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