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PENSAMIENTO

Blom y la Enciclopedia

Cuentan que la segunda edición de la Enciclopedia se encuadernó con la piel de los que se habían reído de la primera. No sé si será verdad la anécdota. Pero, sin duda alguna, muestra la gran contradicción que trajo aparejada aquella obra, uno de los principales soportes del movimiento ilustrado francés del siglo XVIII.

Cuentan que la segunda edición de la Enciclopedia se encuadernó con la piel de los que se habían reído de la primera. No sé si será verdad la anécdota. Pero, sin duda alguna, muestra la gran contradicción que trajo aparejada aquella obra, uno de los principales soportes del movimiento ilustrado francés del siglo XVIII.
Voltaire.
La tarea de hacer triunfar la razón, según el tópico, en tiempos irracionales fue tan obsesiva que no se percataron de que la propia razón podía llevar aparejada su contraria, la sin-razón. Por lo tanto, la razón, como se ha divulgado desde la pintura de Goya en adelante, produce sus propios monstruos, pues que no deja de ser monstruoso hacer una edición de un libro con la piel de un humano.
 
Sea como fuere, me parece exagerado, pretencioso, y fuera de la discusión filosófica de los siglos XX y XXI, el subtítulo de esta obra: "El triunfo de la razón en tiempos irracionales". No diré que no fuera una época oscura y llena de irracionalidades la de Diderot y D'Alembert, pero pensar que triunfó la razón por obra de la Enciclopedia es algo peor que una ingenuidad. Es falso. En todo caso, quienes se ríen del poder de la cultura y de las diferentes formas de divulgación ilustrada deberían reparar en la anécdota de la encuadernación de la segunda edición de la Enciclopedia para saber que sin ideas no existe emancipación alguna.
 
Hacer una historia de la Enciclopedia sin tener en cuenta la "dialéctica de la Ilustración", o, dicho en lenguaje poético, sin tener en cuenta sus pros y sus contras, es una ingenuidad. Este libro cae en esa ingenuidad. No lo digo como crítica al mismo, sino como un aliciente más para adentrarnos en él, una obra que trata con amenidad y, a veces, con datos históricos muy relevantes las vicisitudes de carácter personal, intelectual y económico por las que pasaron los protagonistas de la Enciclopedia.
 
Aparte de los cientos de anécdotas sabrosas que recoge Blom sobre personajes tan relevantes como Voltaire y Rousseau en sus colaboraciones de la Enciclopedia, el libro muestra un afán de superación permanente frente a cualquier mentalidad conformista. Son Diderot, D'Alambert y, sobre todo, Louis de Jaucourt –seguramente el más cosmopolita de todos los participantes en ese primer gran proyecto editorial moderno, y un gran desconocido del gran público a pesar de haber escrito 40.000 artículos– los principales protagonistas del libro.
 
Los problemas económicos, las dificultades de censura, las arbitrariedades de algunos escritores y las rivalidades entre los autores que va narrando con habilidad Bloom hacen de este libro una obra afable de la historia de la cultura europea. Eso, sin embargo, no debería hacernos olvidar que, desde el punto de vista más estrictamente de historia de la filosofía o algo así, comete algunos errores. Por ejemplo, el argumento ontológico de San Anselmo no quedó zanjado ni mucho menos por Gaunilón. Tampoco es correcto decir que Spinoza fue un "converso al judaísmo". Pero nada de eso es relevante ante el objetivo central de Encyclopédie...: ofrecernos un relato histórico-literario de un capítulo imprescindible de la historia cultural europea: la Enciclopedia de Diderot y otros cientos de autores, que, a diferencia de otras muchas enciclopedias de esa época y de la nuestra, tenía por misión "esclarecer el sentido" de los conocimientos y las prácticas descritos.
 
Por eso precisamente, por la búsqueda de sentido que movía a la mayoría de los enciclopedistas, se convierte en un libro filosófico de referencia. Hegel, el filósofo entre los filósofos alemanes, rendirá un homenaje al título de la Enciclopedia titulando una de sus grandes obras Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. Hegel, sin duda alguna, fue consciente de que la gran tarea de la Enciclopedia francesa fue no sólo su innegable unidad, a pesar de los miles y miles de términos que recogía, sino que todas las adquisiciones de la cultura eran interpretadas como fases hacia etapas superiores de la felicidad y la civilización.
 
 
PHILIPP BLOM: ENCYCLOPÉDIE. EL TRIUNFO DE LA RAZÓN EN TIEMPOS IRRACIONALES. Anagrama (Barcelona), 2007, 464 páginas.
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