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"Sólo el pescado muerto nada a favor de corriente", escribió una vez Malcolm Muggeridge. ¿Qué quería decir? Pues, simplemente, que mucho cuidado con según qué consensos. El pobre Galileo, a la avanzada edad de 69 años, fue sometido a un proceso por ir contra el gran consenso del momento, ése que decía que el Sol gira alrededor de la Tierra. Unos años antes, Giordano Bruno tuvo peor suerte: parece ser que fue tostado por la misma causa.

Estados Unidos siempre ha atraído, fascinado y desconcertado a los europeos. Lo hizo en sus primeros tiempos, cuando era un experimento radicalmente nuevo en la historia de la Humanidad; también después, cuando el experimento dio a luz la mayor potencia mundial; y, claro, ahora, cuando, tras el colapso del comunismo y la derrota de la ideología socialista, ha quedado como punto de referencia inevitable a la hora de intentar comprender el mundo en que vivimos.

Este libro da todo lo que promete en la introducción. Es una discusión a tumba abierta con el pensamiento hegemónico, dominante y políticamente correcto de su época y la nuestra; ése que dice: el pensamiento es ateo o no es pensamiento; o, peor todavía: o se vive al modo pagano o estamos sujetos al desprecio y la mofa.

No cabe sino celebrar el oportuno rescate de este ensayo, que advirtió hace más de sesenta años sobre el asalto de la educación por el Estado y de su nefasto desenlace: una humanidad sin hombres. Indispensable para padres, profesores y adolescentes que aún no hayan entregado las llaves de su ciudadela a los adoctrinadores de EpC.

Política e historia. De Maquiavelo a Marx Hispania. La epopeya de los romanos en la Península 200 estampas de la temperie La Capilla Sixtina. Iconografía de una obra maestra Mara y Dana Sólo un segundo

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