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FIGURAS DE PAPEL

Un maestro del cuento

¿Truman S. Pearsons? Un niño rubio nacido en 1924 en Nueva Orleáns, de infancia difícil, que adoptó el apellido del segundo marido de su madre, un cubano llamado Joe Capote. Escribió, muy joven, unos cuentos memorables que acabaron abarcando lo mejor de su vida creativa; luego dio a conocer un libro a caballo entre la literatura y el periodismo, A sangre fría, con el que inauguró un género y se hizo famoso.

¿Truman S. Pearsons? Un niño rubio nacido en 1924 en Nueva Orleáns, de infancia difícil, que adoptó el apellido del segundo marido de su madre, un cubano llamado Joe Capote. Escribió, muy joven, unos cuentos memorables que acabaron abarcando lo mejor de su vida creativa; luego dio a conocer un libro a caballo entre la literatura y el periodismo, A sangre fría, con el que inauguró un género y se hizo famoso.
Truman Capote.
Bailando al retintín de su alborozo, tuvo una intensa vida social y una frenética actividad sexual, y acabó redactado fragmentos de una inacaba novela con relámpagos de elocuencia donde aún persistía el rescoldo de las raíces perdidas, de los jugos del terruño.
 
Su temprana muerte, a los sesenta años, representó una gran pérdida para la literatura americana, pero no para aquellos que él consideró sus amigos. Dejó unos cuentos memorables y unas breves novelas no menos seductoras, en las cuales mostró una maravillosa intuición para llegar al corazón de sus historias.
 
Y bien, ahora acaban de publicarse sus Cuentos completos. Veinte relatos tejidos sobre los pliegues del lenguaje y una tierna mirada sobre el retablo entorno, el de los perdidos días azules de la infancia, y cuya lectura tiene el don de suscitar emociones con el consentimiento de la razón. Ciertamente, es difícil leerle sin admirarle.
 
Figuran en estas hospitalarias páginas, naturalmente, sus mejores y celebrados cuentos, como, entre otros, 'Miriam', 'Un árbol de la noche', el hermoso 'Un recuerdo navideño' y otros de rara intensidad, como 'Mojave' y 'El invitado del Día de Acción de Gracias'.
 
Asimismo, hallamos aquí un cuento hasta ahora inédito, 'La ganga', escrito en 1950, y, para los lectores en lengua española, cinco relatos hasta ahora no traducidos: 'Las paredes estaban frías', 'Un visón propio', 'La forma de las cosas', 'La leyenda de Preacher' y 'En los umbrales del paraíso'.
 
Estos cuentos, digámoslo desde ya, están a la altura de sus piezas más conocidas y valoradas. Son pequeñas obras maestras de percepción y sencillez. En ellos Capote encontró las voces exactas para expresar el abanico de sus intereses y, así, desvelar apariencias y desencantos, tocar el patetismo y la ternura, pasearse por el realismo y lo grotesco cómodamente. Sus cuentos (el género del futuro, como dice William Boyd) tienen, hablando de la tristeza, del orgullo o de la humildad, poderosa elocuencia.
 
Tantas breves narraciones perfeccionadas con refinamiento artístico lo sitúan en los lugares más elevados, junto a Hemingway, por ejemplo (quien, dicho sea de paso, despreciaba a Capote), sobresaliendo en primera línea entre los cuentistas americanos del siglo XX.
 
En estos relatos está lo mejor de su arte límpido, de salvaje belleza, cuando vivía lejos del mundanal ruido y los equívocos de la fama y su única vanidad era atrapar las palabras justas, palabras como cantos rodados, y pintar personajes memorables (figuras pintorescas, viejecitas entrañables), y nada se interponía entre su imaginativa mente y el mundo, salvo el dolor personal del artista musitado quedamente para sí mismo.
 
 
Truman Capote, Cuentos completos, Barcelona, Anagrama, 2004, 336 páginas.
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