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Lucas Alcaraz

Una victoria desde atrás

Hay que destacar en el equipo germano que, a pesar de la posesión, no tuvo tantas ocasiones. Les costó. Atrás sí que estuvo muy bien sostenido por sus centrales, Boateng y Hummels, que ganaron en las contras argentinas todas las igualdades numéricas.

Hay que destacar en el equipo germano que, a pesar de la posesión, no tuvo tantas ocasiones. Les costó. Atrás sí que estuvo muy bien sostenido por sus centrales, Boateng y Hummels, que ganaron en las contras argentinas todas las igualdades numéricas.

La final del Mundial dejó un duelo entredos conjuntos de estilos opuestos con dos partes diferenciadas. En la primera, fue Alemania, sin duda, la que tuvo mayor posesión; mientras que en la segunda vimos más alternativas en ambos conjuntos. Eso sí, en los primeros 45 minutos, a pesar de la alta posesión germana, las mejores ocasiones las tuvo la albiceleste, incluso con un gol anulado a Higuaín, después de la más clara, cuando se quedó sólo y erró. Pero Alemania, a balón parado, también tuvo sus opciones. El balón parado da para mucho.

Pero hay que destacar en el equipo germano que, a pesar de la posesión, no tuvo tantas ocasiones. Les costó. Atrás sí que estuvo muy bien sostenido por sus centrales, Boateng y Hummels, que ganaronen las contras argentinas todas las igualdades numéricas. E incluso cuando eran superados en número. También marcaron el devenir del encuentro las lesiones en el equipo de Löw. Primero, con la no incursión de Khedira, entrando Kramer en su lugar; y después con la lesión de este mismo, que generó un gran cambio de esquema, con Özil al centro, y Schürrle desequilibrando por banda.

La segunda parte cambió por completo, con los dos equipos más partidos, provocando que se viera un encuentro más de ida y vuelta. Aún así, Alemania seguía siendo superior en los uno contra uno, ya fuera en defensa o en ataque, pero no conseguía materializar.

Ya en esos minutos se empezó a ver el cansancio de ambos conjuntos, que acabó lastrándoles en la prórroga. Y se vio claramente, ya que cada ocasión de peligro, fuera en un área o en otra, venía de pérdidas en zonas de inicio que provocaban acciones individuales de contra.

En definitiva, en Maracaná vimos un partido con mucho dominio de Alemania, jugando siempre desde atrás. Sus laterales muy profundos, pisando línea de cal, con el peligro que llevaba dejar a los centrales mucha responsabilidad en las transiciones ataque-defensa. Y Argentina muy junta, muy agresiva en situaciones de igualdad de numérica, de jugador contra jugador, y buscando rápidamente la contra. Y siempre tratando de finalizar rápido a la contra, acabando jugadas. Ahí es donde más problemas tuvo Alemania, aunque es justa campeona. No sólo por el juego en esta final, que tampoco ha sido excesivamente brillante. Pero sí por el gran torneo desarrollado.

En cuanto a Leo Messi... para mí es el mejor jugador del mundo, pero está claro que ni ésta ha sido su temporada ni éste ha sido su Mundial. Ni mucho menos puede ser el mejor jugador del torneo.

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