Menú

Otra vez el voto tránsfuga

Un culebrón preside desde hace meses la vida política del municipio de Sada, una localidad costera de 12 mil habitantes próxima a A Coruña. El pasado lunes se escribió otro picaresco capítulo de este sainete luego de que se aprobara la moción de censura promovida por ocho concejales populares con la ayuda de un tránsfuga del PSOE y se le devolviera el sillón de la alcaldía al eterno Ramón Rodríguez Ares, quien ya ocupó este cargo en los últimos 24 años y que tuvo que ceder el bastón de mando tras perder la mayoría absoluta el pasado mes de mayo.
 
La moción de censura, aprobada en un pleno vergonzoso donde primaron los gritos y los insultos, se había presentado el pasado 7 de enero contra el alcalde nacionalista Abel López, con el apoyo de un edil tránsfuga, el socialista José Luis Santamaría, alegando como motivo "acabar con la ingobernabilidad del municipio" y la "profunda parálisis administrativa y funcional".
 
A pesar de que unas dos mil personas se manifestaron el pasado domingo en Sada en defensa de la democracia y que la dirección del Partido Popular de Galicia "desautorizó" la operación del ex regidor para recuperar la alcaldía, los ediles populares siguieron adelante con la moción de censura para garantizar, según dijeron, un "gobierno moderno y eficaz, que sea capaz de generar ilusión".
 
Para Ramón Rodríguez Ares, su reincorporación a la alcaldía se dejaba entrever a partir de sus declaraciones como fruto de una estrategia planeada desde hacía mucho tiempo atrás. Después de asumir y cambiar las cerraduras de su despacho, Moncho declaró que fue "como un día más de trabajo”, y que se mostraba contento de volver a un despacho que ha ocupado en los últimos 24 años, "con un paréntesis de 7 meses".
 
Así explicó su regreso Rodríguez Ares, quien durante el 2003 tuvo que comparecer ante el Tribunal Supremo por diversas acusaciones de corrupción. Imputado en delitos de malversación de caudales públicos, debió justificar la compra con fondos municipales de botellas de whisky, un viaje a Nueva York y el pago de los viajes en autopistas de su hija.
 
Ante la gravedad de lo sucedido en Sada, la decisión de las autoridades del PP de expulsar de sus filas a Rodríguez Ares fue acertada, en sintonía con el compromiso democrático demostrado este mismo lunes por José María Aznar al aprobar el decreto de disolución de las dos Cámaras y la convocatoria de elecciones generales, en un ejemplo de civismo y respeto por los valores democráticos autolimitando su estancia en el poder a dos períodos de cuatro años.
 
En consecuencia, el PP no puede dejarse salpicar por las andanzas del polémico caudillo sadense, un personaje que parece sacado del realismo mágico latinoamericano en donde los que gobiernan lo hacen mediante arbitrariedades y abusos de poder, rodeados de escándalo y corrupción y convencidos de que las leyes que no le favorecen están para no ser respetadas.

En España

    0
    comentarios