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Luis Hernández Arroyo

Bolivia y el FMI

En España no han faltado simpatizantes de las acciones confiscatorias de Don Evo, pues nunca nos han de faltar titiriteros y faranduleros para extasiarse ante rememoraciones de la revolución que no han podido catar, pero de la que son nostálgicos, eso sí,

En fecha tan reciente como diciembre de 2005, el FMI liberaba a Bolivia de una parte de su deuda por un equivalente a 231 millones de dólares, por un motivo tan extravagante como que "Bolivia se ha cualificado para esta quita por su satisfactoria perfomance macroeconómica, tendencias favorables en la reducción de la pobreza (sic) y sólidas iniciativas para mejorar la gestión del gasto público (resic)". Pero no crean ustedes que esto es un favor particular: la quita alcanza a 19 países y representa 3.300 millones de dólares.

Ya en un artículo anterior advertía que el FMI, con su indolencia escandalosa, estaba financiando, o apoyando a financiar, a la neo revolución que está desarrollándose en Sudamérica. Esta revolución está alcanzando cotas de latrocinio designado como expropiación, pero que debería ser llamado confiscación ilegal. Aquí, en España, en el contexto de empanada mental que nos ampara y nos envuelve, no han faltado simpatizantes de las acciones confiscatorias de Don Evo, pues nunca nos han de faltar titiriteros y faranduleros, de la escena y de la pluma, para extasiarse ante rememoraciones de la revolución que no han podido catar, pero de la que son nostálgicos, eso sí, de salón. (Aunque un poco sorprendente me ha resultado la simpatía encubierta manifestada por J.H. Elliot, que se ve que ser hispanista imprime carácter.) Como conozco, además, altos cargos de las empresas españolas confiscadas que seguro que han reavivado el viejo pero nunca apagado rescoldo de la conciencia progre, pues se habrán reído a espaldas de sus accionistas, que esto al fin y al cabo es rejuvenecer... Y me apuesto mi brazo izquierdo a que el Sr. Rato no ha dejado de sentir un pellizco de euforia progresista, pues alguna gota de sangre jacobina debe tener en sus señoritiles arterias.

Mientras, hordas de afectados por el Forum y Cía. recorren Madrid en busca de alguien que les haga caso, siempre que ello conlleve una indemnización por su supuesto desfalco; y es de suponer que todos o casi todos admiran los expeditivos modos de Don Evo. ¡Ah,la acción directa! ¡Qué tiempos aquellos! Ahora vivimos horas que son, o serán pronto, propicias a la acción directa, arbitraria, inmediata, sin remilgos legales. ¿No nos retrotrae a tiempos pretéritos, quizás con menos opulencia pero ricos en arte y libros? El FMI, el Forum Filatélico, Evo Morales, Zapatero... ¿no es una visión de la corte de los milagros valleinclanesca?

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