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Luis I. Gómez

El Partido de la Libertad Individual también juega

Frente a los proyectos cortoplacistas y los outlets políticos emanados de los grandes partidos, el P-Lib es un proyecto de largo y muy largo plazo.

El Partido de la Libertad Individual (P-Lib) ha presentado formalmente su candidatura para las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 25 de mayo. Como todos los partidos en liza, ha recabado tanto firmas de la ciudadanía como de cargos electos. Las reglas que limitan el acceso al proceso electoral son complejas y suponen, en no pocos casos, barreras insalvables para las minorías en un país donde suele haber más interés en buscar árboles con buena sombra que en plantar árboles nuevos. Es curioso que, a pesar de ser necesarias las firmas de 15.000 ciudadanos, basten las de 50 cargos electos para satisfacer el mismo fin. ¿Qué mejor prueba para darse cuenta del verdero valor de los votantes para la casta politica dominante? Muchos, muchísmos ciudadanos no valen lo que un puñado de profesionales del sistema. Sea como fuere, el P-Lib decidió finalmente ser práctico y concentrar sus esfuerzos en la opción menos cara (aunque más vergonzosa para nuestra democracia), y alcanzó sobradamente los avales precisos.

El sistema protegiéndose a sí mismo y no a quienes juró proteger. Solo los que vivan encantados con el simulacro de democracia que nos ha tocado vivir podrán hablar de des-encanto. Si despiertan. Sólo quienes viven deslumbrados por la consigna, el derroche de estuco dorado, las maderas nobles y los gestos arrojados desde sillones hemicíclicos podrán sentirse des-engañados. Si abren los ojos. Desde la renuncia a la violencia, máxima de todo el que se dice liberal, no queda más remedio que infiltrar el sistema para derrotarlo o, cuando menos, transformarlo. EL P-Lib es una de esas opciones que pretende insuflar frescura a la vida política española. Sin necesidad de inventar nada: con la brújula de Hayek en la mano: "El liberalismo es simultáneamente lo opuesto del socialismo y del conservadurismo", rumbo al puerto que marcó Ludwig von Mises en el mapa:

En esto consiste entonces la libertad externa en la vida del Hombre: en su independencia respecto del poder arbitrario de sus congéneres.

No será una travesía sencilla: la tarea fundamental de la política y los políticos de hoy es la de limitar los resultados de la interacción entre las personas. Fieles servidores de quienes coyunturalmente son capaces de generar la mayor presión mediática y política, nuestros gobernantes hacen uso de la coerción, con mano dura, para apropiarse del resultado de las relaciones de intercambio libres entre todos nosotros. Aquellos que están satisfechos con lo que obtienen por sus propios medios no necesitan ningún tipo de medidas políticas. Quien quiere más de lo que genera puede aumentar sus ingresos haciendo uso de los medios que la política y los políticos ponen a su alcance…. a cambio de su voto.

Recuerdo a todos los líderes de partidos autodenominados liberales que el liberalismo clásico no promete ventajas especiales a nadie, ya que nosotros defendemos que todas las personas son iguales ante la ley, no iguales por ley. La libertad no es un mote del egoísmo, ni una entelequia formulada con letras. Nuestros actos son más libres cuanto mejor expresen lo que somos, en nuestra totalidad. Visto así, he de reconocer que serían escasos. Seremos más libres cuanto mejor podamos desarrollar nuestra existencia dando carta de realidad a nuestras potencialidades. Para ello es indispensable eliminar las barreras que la hiperregulacion política ha ido levantando alrededor de cada uno de nosotros, inválidos certificados, condenados a ser receptores de la ayuda arbitraria estatal por el resto de nuestros días. Dependientes.

Les recuerdo también que ya Ortega y Gasset decía: "Cuando un loco o un imbécil se convence de algo, no se da por convencido él sólo, sino que al mismo tiempo cree que están convencidos todos los demás mortales"; frase que no debería preocuparnos en exceso en sí misma, pero que se convierte en potro de tortura para el espíritu si seguimos leyendo:

La diferencia entre el inteligente y el tonto consiste en que aquél vive en guardia contra sus propias tonterías, las reconoce cuando apuntan y se esfuerza en eliminarlas, al paso que el tonto se entrega a ellas encantado y sin reservas.

Frente a los proyectos cortoplacistas y los outlets políticos emanados de los grandes partidos (cuando no proyectados por éstos para encauzar de forma controlable la desafección ciudadana), el P-Lib es un proyecto de largo y muy largo plazo. La elecciones que quiere ganar el P-Lib son las elecciones individuales de los miles de personas que se van sumando cada día a las ideas liberales. Sin eludir ninguna cita electoral, no se trata de un partido Guadiana de los que se ve cada cuatro años en las mesas electorales y después brillan por su ausencia en la contienda de las ideas. Quiere hacer campaña en todo momento para promover soluciones de más Libertad y menos Estado a los problemas cotidianos de la gente.

Suerte. Les deseo mucha suerte. Y trabajo. Mucho trabajo.

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