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Luis Pazos

Falsos redentores del maíz

Para los "politizadores" del maíz, si es barato malo, si es caro, también. Esos falsos redentores, más que tratar de solucionar el problema de los altos precios del maíz, utilizan el tema según soplan los vientos.

Una de las causas del atraso de tantos países subdesarrollados es la frecuente politización de los problemas económicos y sociales. Hablamos de politización cuando ciertos grupos insisten en resolver algún problema económico o social según sus intereses políticos del momento. Es muy frecuente que dirigentes de partidos propongan una "solución" sabiendo que no lo es, pero que a corto plazo les gana popularidad, simpatías o clientes.

En el caso del maíz, varias de las propuestas de los políticos mexicanos para frenar su alza no surgen de planteamientos o argumentos económicos racionales, sino que son posturas populistas sin ningún sustento serio, con el fin de presionar al gobierno a reincidir en políticas que ya fracasaron en todo el mundo, como son los controles de precios y los subsidios.

Durante varias décadas del siglo pasado se instrumentaron en México una serie de políticas económicas que desangraron al erario público, con la excusa de subsidiar a los pequeños productores de maíz, pues era muy barato. El problema social, según los redentores de los pequeños productores de maíz, era cómo lograr que recibieran más por su producto, ya que el mercado lo pagaba a muy bajos precios. Buscaban teóricamente "protegerlos" contra los productores internacionales que mediante dumping trataban de introducir maíz barato a México.

Ahora que el maíz aumentó de precio en el mercado internacional y que los productores nacionales pueden venderlo a mejores precios, esos mismos redentores del maíz barato se rasgan las vestiduras porque el grano es caro y perjudica a millones de mexicanos, aunque según la óptica que siempre defendieron ahora se benefician cientos de miles de campesinos, productores de maíz en México.

Para los "politizadores" del maíz, si es barato malo, si es caro, también. Esos falsos redentores, más que tratar de solucionar el problema de los altos precios del maíz, utilizan el tema según soplan los vientos, bajo falsas banderas de protección a los pequeños productores o a los consumidores pobres. Pero en realidad no les interesan ni los productores ni los consumidores, sólo sacarle provecho político al problema, sin tomar en cuenta que sus propuestas empeoran los desequilibrios.

En Libre Mercado

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