Es la primera baja de un agonizante CGPJ. Como en julio finaliza la legislatura del gobierno de los jueces, sus miembros intentan buscarse el mejor destino posible.
Emilio Olavaria vuelve al mundo que nunca abandonó del todo, el de la política. Figurará en las listas del PNV por Álava y tiene muchas posibilidades de resultar elegido; en esta provincia los nacionalistas vascos disponen de siete diputados (seis del PNV y uno de EA) y Olavaria figurará entre los cinco primeros de la lista.
Desde el PNV manejan encuestas internas que auguran, incluso, 34 escaños para la coalición PNV-EA. Pero, también desde el PNV observan con temor a ese 34 por ciento de la población vasca que oculta su voto. Otras encuestas advierten de la posibilidad de que este voto oculto incremente, el 13 de mayo, entre un 8 y un 10 por ciento los escaños previstos para PP-PSOE.
La marcha de Olavaria del CGPJ dificulta ahora las cosas para los vocales del PP. No es que Olavaria votara con ellos, pero esta baja más la de su compañero Murillo (fallecido recientemente) reduce el quórum del pleno. Los vocales del PSOE e IU con el apoyo de un nacionalista catalán podrán sacar adelante los proyectos que deseen. Se esperaba ocupar la plaza de Murillo con un magistrado del Supremo casi jubilado; por ejemplo, Rodolfo Soto, Pedro Antonio Mateos o García Ramos. Ahora, como son dos plazas a cubrir, las cosas se ponen más difíciles.
La iniciativa de Olavaria podría ser emulada por varios de sus actuales compañeros del Consejo. Cuando se toca poder y encima se cobra mucho, no debe de atraer demasiado lo de volver a un juzgado de provincias o una cátedra de Universidad que algunos no han pisado hace muchos años. El presidente, que advierte el peligro, les ha pedido que aguanten hasta el próximo 23 de julio.
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