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Mario Noya

El Frente Nacional y los gais

El 26% por ciento de los homosexuales parisinos son simpatizantes del Frente Nacional, porcentaje muy superior al de sus conciudadanos heteros (16%).

El 26% por ciento de los homosexuales parisinos son simpatizantes del Frente Nacional, porcentaje muy superior al de sus conciudadanos heteros (16%).
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"No hay reinonas en el Frente Nacional", dicen que decía Jean-Marie Le Pen en los años 90. Ya no lo dirá, siquiera sea para que no se le ría en la cara Sébastian Chenu, cofundador de GayLib y ex secretario general de la sarkoziana UMP, que ha abandonado al pequeño Nicolás por su hija, "su" de aquél, el ya más viejo que adiposo santón de la ultraderecha gala: "Marine Le Pen representa una suerte de absoluta libertad en un mundo político muy controlado, donde todo el mundo se parece", se le declara este homosexual. "Ella ha llegado y agitado las cosas". En cuanto al Frente Nacional, "es el único partido cuyo líder es una mujer y su segundo un gay", deja además caer para generar desconcierto entre las fuerzas de mucho progreso.

Ese segundo no es él sino Florian Philippot, al que poco antes de Navidad sacó a empellones Closer del armario: si al hacerlo los barandas de esta revista –la misma que dio cuenta del romance del presidente Hollande con Julie Gayet– pensaron que iban a ponerle en problemas, o más bien a su partido, se equivocaron.

Los que están en problemas son los que se niegan a ver en lo que es, que diría Stendhal: la pujanza del Frente Nacional entre el electorado gay.

Y es que Chenu y Philippot no son dos anomalías, por usar una expresión muy del gusto de Jean-Marie Le Pen a la hora de definir la homosexualidad. Tampoco Matthieu Chartraire, premio Adonis 2015 para los lectores de la revista gay Têtu. Es más: lo mismo en muy poco tiempo son la norma entre los de su orientación sexual. Ojo al dato: según una reciente encuesta, el 26% de los homosexuales parisinos son simpatizantes del Frente Nacional, porcentaje muy superior al de sus conciudadanos heteros (16%).

¿A qué viene esta FNmanía rosa? Los pocos analistas que se han dignado o atrevido a analizar el fenómeno coinciden en poner el foco sobre tres cuestiones: la relación Europa-Francia, la violenta homofobia islamista y el proceso de de-diabolisation del partido que está acometiendo Marine Le Pen.

La crisis ha cebado el euroescepticismo o directamente el rechazo a la UE también en Francia, país ni mucho menos posmoderno en lo relacionado con la soberanía nacional. Para buena parte de los franceses, la UE es la proyección de la Grandeur por unos medios de los que ya no dispone el Hexágono; si no lo es, no merece la pena, especialmente si por el contrario se trata de un entramado para garantizar la supremacía continental de Alemania. Chenu abandonó a Sarkozy por su "sumisión" a los dictados de Bruselas: tampoco aquí el influyente gay es anormal, como queda meridianamente claro en cuanto se consultan los resultados franceses de las últimas elecciones europeas, en las que el victorioso FN sacó casi un millón de votos a la europeísta UMP.

Lo de la violenta homofobia islamista es crucial y no necesita explicación sino denuncia y difusión, para que los que saben pero callan no se lleven las manos a la cabeza cuando vienen las consecuencias por ellos no deseadas.

"Hasta 2005, Burdeos era una ciudad muy gay-friendly", relataba en enero al Spectator el joven bloguero gay Patrick McCarthy, residente en la propia Burdeos. "Las parejas del mismo sexo podían ir abiertamente de la mano por la calle sin el menor problema". Pero

en apenas dos meses cinco gais fueron asesinados en la ciudad. La culpa recayó en la comunidad musulmana de Burdeos porque algunos de esos crímenes de odio fueron perpetrados por gente de origen árabe [sic].

McCarthy, refiere su entrevistadora, Rachel Halliburton, anda preocupado porque los "asaltos" de "unos pocos musulmanes" habrían "creado" una confrontación de amplio espectro "entre los gais y los musulmanes"; confrontación que habría aprovechado profusamente el Frente Nacional, que "ahora da la bienvenida a la gente gay que se siente juzgada por los musulmanes y comparte la extendida preocupación por la inmigración y la pérdida de la identidad francesa".

"El FN puede que no tenga un historial de defensa de las causas gais en Francia, pero está bien situado para denunciar la persecución de los gais franceses a manos de musulmanes en los suburbios, donde los inmigrantes suelen estar en mayoría", escribía en diciembre en France 24 Joseph Bamat, haciéndose eco de las reflexiones de la investigadora Sylvain Crépon, para quien la acciones homófobas de musulmanes seguidas de las contundentes reacciones de condena de Marine Le Pen han tenido por consecuencia la afluencia de homosexuales al FN.

La homosexualidad desempeña un papel importante en el proceso de de-diabolisation del partido que está llevando a cabo Marine Le Pen. Y que consiste en buena medida en matar al padre, del partido y de Marine. ¿Que el patriarca Jean-Marie presumía a lo Ahmadineyad de que en el FN no había gais? Pues va la heredera y los encumbra. ¿Que él brama contra el matrimonio homosexual? Pues ella toma distancia evitándose la megamanifestación contra el mismo celebrada en París en marzo de 2013. ¿Que JM va y dice que...? Última hora: "Marine Le Pen prohíbe oficialmente a su padre hacer declaraciones en nombre del Frente Nacional".

***

La de-diabolisation va más allá de la cuestión gay y atañe también a otros asuntos trascendentales, como Israel y el antisemitismo. Jean-Marie Le Pen considera las cámaras de gas un "detalle" en la historia de la Segunda Guerra Mundial; Marine Le Pen ve en los campos nazis de la muerte "el epítome de la barbarie ". Si él lleva su fobia a Israel al punto de acusar al Estado judío de estar tras la matanza de Charlie Hebdo, ella declara en la televisión israelí que Israel "tiene derecho a su soberanía y a reforzar su seguridad" y denuncia lo fácil que es culpar al Estado judío de "todos los males" del Medio Oriente. Por eso el árabe Farid Smahi, antiguo gerifalte del FN, dice que MLP se ha vendido a Jerusalén para "hacer antiislamismo", mientras su discurso va calando cada vez más entre los judíos franceses, junto con los gais víctimas preferentes del virulento odio islamista: si en 2007 no votó a JMLP más que un marginal 4,4% de la judería francesa, en 2012 su hija consiguió triplicar esa cifra (13,5%).

"Ella ha llegado y agitado las cosas", sí. ¿Estamos ante una mera maniobra oportunista o ante la refundación de un FN en trance de convertirse en lo que pudo ser la Lista Pym Fortuyn si no hubieran asesinado a su líder? ¿Hará Marine Le Pen con el FN lo que Gianfranco Fini hizo con la italiana AN? Habrá que estar atentos a los movimientos de MLP. Pero también a los de Valls y a los de Sarko.

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