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Mark Steyn

La mezquita moderada

Estos no son sermones, y estos hombres no son predicadores. Son los impulsores ideológicos de un proyecto explícitamente político con sedes en las principales calles de todo el mundo occidental.

"Mezquita" es un término que engloba un amplio abanico de pecados arquitectónicos en nuestros días, pero la de Regents Park en Londres es otra cosa. Enorme cúpula dorada por encima de tres techos y minarete de 42 metros. Yo estuve viviendo cerca y tengo que haber pasado por ahí cientos de veces y, si alguna vez le eché un segundo vistazo en aquella época, solamente fue para maravillarme: "¡Guau! ¡Ese templo hindú es realmente impresionante!".

Pasé cerca de ella la otra semana por primera vez en mucho tiempo. ¿Cómo llegó a construirse en un terreno londinense de primera categoría? Puede agradecérselo al Gobierno de Su Majestad. En 1940, se asignaron 100.000 libras para comprar suelo para una mezquita en Londres. El Imperio Británico tenía millones de súbditos musulmanes que, a grandes rasgos, habían sido partidarios del esfuerzo bélico, y parecía apropiado que esto fuera reconocido en el corazón de la metrópolis. El Rey Jorge VI inauguró el Centro Islámico Cultural en ese lugar en 1944. Es la mezquita con mayor asistencia en Gran Bretaña. Si existe un Islam “moderado" en Occidente, ha de ser este.

¿Y qué sucede allí? Bueno, si usted se deja caer por la librería, puede comprar DVDs de acalorados predicadores como el jeque Feiz, que hace esos jocosos gruñidos de cerdo cada vez que menciona a los judíos: "Oh musulmán, detrás de mí hay un judío [oink corto]. Ven y mátalo [oink-oink]". También puede comprar cintas del jeque Yasin, un célebre norteamericano "reverso" (léase converso) al Islam, en las que explica que se debe "pegar a las mujeres ligeramente", que un musulmán nunca puede ser amigo de un no musulmán y que los misioneros cristianos introdujeron deliberadamente el SIDA en África infectando con él las vacunas de otras enfermedades. Otro "reverso", Jermaine Lindsay, se contagió de la fiebre de la jihad en la mezquita y después fue y se inmoló en los atentados del 7 de julio.

Si la mezquita de Regents Park ha sido "radicalizada", entonces es que no existen mezquitas que no sean radicales.

Cuando yo residía en el vecindario, se veían turistas en camiseta fotografiándose entre sí con la cúpula de fondo. Eso es lo que era para la mayor parte de nosotros: un fondo exótico. Dentro, se asumía, se hablaba de Alá y Mahoma; ¿acaso eso es un problema? Lo veíamos en términos multiculturales, es decir, como un ejemplo de patrimonio cultural, un vínculo para los inmigrantes con su antiguo país. Nunca se nos ocurrió que fuera una cabeza de puente ideológica. Pero escuche al doctor Ijaz Mian, grabado en secreto por el Channel 4 británico en la mezquita Ahl-e-Hadith, en Derby:

Rey, Reina, Cámara de los Comunes: si los aceptáis, formáis parte de ellos. Si no los aceptáis, tenéis que desmantelarlos. De modo que, si sois musulmanes, tenéis que fijaros un objetivo. No habrá Cámara de los Comunes. Desde esa Casa Blanca a este Parlamento, sabemos que tenemos que desmantelarlos. Los musulmanes tienen que ganar fuerza y después tomar el control... Os encontráis en una situación en la que tenéis que vivir como Estado dentro del Estado, hasta que toméis el control.

¿Dónde está el contenido religioso? ¿Dónde está la contemplación de lo divino? No lo busque en la mezquita de Sparkbrook, en Birmingham, elogiada recientemente por Tony Blair por su contribución a la tolerancia y la diversidad. El pasado junio se celebraba la muerte de un soldado británico musulmán en Afganistán:

El héroe para el Islam es el que separó su cabeza de sus hombros.

Estos no son sermones, y estos hombres no son predicadores. Son los impulsores ideológicos de un proyecto explícitamente político con sedes en las principales calles de todo el mundo occidental. Imagine la Segunda Guerra Mundial con iglesias de San Adolfo en cada pueblo de la campiña inglesa, o la Guerra Fría con una iglesia ortodoxa soviética en cada ciudad de tamaño medio de cada uno de los 50 estados.

El doctor Mian se formó en Arabia Saudí. La librería de la mezquita de Regents Park es abastecida por una compañía encabezada por un diplomático saudí, el doctor Ahmed al-Dubayan. Los saudíes controlan las mezquitas, y las escuelas, y las instituciones, y los programas religiosos carcelarios y también gran parte de todo lo demás. Pediría una comisión bipartidista de investigación para investigar la subversión saudí en Estados Unidos, pero casi todos los que acabarían en ella estarían en la nómina saudí de un modo u otro. En palabras de Christopher Hitchens:

Si leyendo un artículo acerca del debate sobre Irak se topa con la expresión "la escuela realista" y mentalmente lo sustituye por "los amigos norteamericanos de la familia real saudí", su comprensión de la situación habrá mejorado sustancialmente.

Muy divertido. El problema es que hay muchos "amigos norteamericanos de la familia real saudí". El Centro Carterde Jimmy Carter fue fundado sobre la montaña de dinero en efectivo del rey Fahd y, en los últimos años, sus mayores donantes incluyen al príncipe saudí Al-Walid bin Talal.

En el otoño del 2001 nunca se me ocurrió que cinco años después, nada habría cambiado, a excepción de estar inundando Arabia Saudí con aún más chorrocientos millones de petrodólares y que, a su vez, ellos nos los seguirían devolviendo en forma de una operación de subversión brillantemente sinérgica, financiando no solamente a los imanes radicales y su incendiaria progenie, sino también a los think-tank y los grupos de estudio y los premios Nobel que evalúan el mejor método para apaciguarlos. Los saudíes están corrompiendo Gran Bretaña desde dentro, y en Estados Unidos lo están haciendo con componentes no militares pero significativos del poder nacional, los diplomáticos, académicos y culturales. Escuche a los hombres de esas mezquitas y después pregúntese: ¿dónde está nuestra propia ofensiva ideológica?

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