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Martín Higueras

Alonso y Renault bajan el telón

El asturiano ha redondeado una temporada perfecta, o casi perfecta. Se vio superado por los McLaren en la segunda mitad del año pero supo administrar su ventaja y ser el más regular y finalmente el mejor gracias a la gran fiabilidad de Renault.

Una vez más, Fernando Alonso nos ha demostrado porqué es el justo campeón del mundo de esta temporada de Fórmula Uno. El asturiano ha dominado el campeonato y también lo ha hecho en la última carrera de la temporada, no sólo igualando las siete victorias de Kimi Raikkonen sino dándole el Mundial de constructores a Renault por primera vez en su historia (como escudería propia ya que lo fue suministrando sus poderosos motores a Williams y Benetton entre los años 1992 y 1997).
 
La pena es que el GP de China nos ha dejado una última carrera bastante sosa, aunque el espectáculo nos lo dio una lamentable alcantarilla, un temerario Karthikeyan, un ambicioso Webber (ya era hora) y un torpe Michael Schumacher, probablemente uno de los más felices de que la temporada haya terminado. Tal y como sucedió el año pasado, el trazado de Shangai resulta muy poco atractivo para el espectáculo y hay menos puntos para doblar pilotos que en Mónaco. Siempre nos quedará para el recuerdo la sensacional carrera en Japón, la increíble doblada de Alonso a Schumacher en la curva 130R y la de Raikkonen a Fisichella en la última vuelta.
 
Lo cierto es que a McLaren no le salió muy bien la estrategia en China, en gran parte por culpa de Fisichella que casi logra cumplir completamente con su deber. Siguió las órdenes de equipo hasta la segunda parada en boxes, cuando Raikkonen finalmente logró pasarlo. Sin embargo, no hacía falta seguir con el insoportable tapón ya que Montoya se encontró con una desafortunada alcantarilla en plena curva. Pese a que tuvo que abandonar, el incidente no pasó a mayores pero hubiera podido ocasionar una tragedia en otras circunstancias. Parece mentira que con el dinero que se mueve en la F1 y con la tecnología que rodea este circo, una simple alcantarilla mal cerrada puede tirar por la borda todo un fin de semana, y casi sentenciar un campeonato mundial.
 
Gran triunfo de Alonso pese a los dos contratiempos del coche de seguridad. El asturiano ha redondeado una temporada perfecta, o casi perfecta. Se vio superado por los McLaren en la segunda mitad del año pero supo administrar su ventaja y ser el más regular y finalmente el mejor gracias a la gran fiabilidad de Renault. Ahora viene lo más difícil –aún más que ser campeón mundial–: mantenerse en lo más alto de la Fórmula 1. Lo que sí es seguro es que tiene rivales que prometen espectáculo: Raikkonen, Montoya, y cómo no, el propio Michael Schumacher. Para el próximo año tendremos novedades: nuevos motores, nuevas reglas y nueva prohibiciones establecidas por la FIA. Pero ya habrá tiempo para analizar cada una de estas nuevas disposiciones.
 

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