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Martín Higueras

Y cae Canadá... también

Alonso no sólo ha logrado en Montreal la cuarta victoria consecutiva. También ha logrado ampliar su ventaja, probar que Norteamérica no es un obstáculo y llegar a Indianápolis con una ventaja que le permite incluso arriesgar y equivocarse.

Una de las pocas tareas pendientes de Fernando Alonso en la Fórmula Uno era Norteamérica. Este fin de semana ha logrado romper uno de esos maleficios que le perseguían: ganar en un circuito tan exigente y atractivo (sobre todo para los aficionados) como el de Canadá. Además, lo ha hecho de la mejor manera, mostrado su perfil más agresivo.
 
Esta vez sí tenemos que darle la razón a Alonso en cuanto a las ayudas que recibe ... o no. Aunque como siempre la colaboración de su equipo en boxes ha sido casi perfecta, no lo ha sido la de su compañero Fisichella. Se suponía que sería su escudero y así permitir que la carrera para el español fuera lo más sencilla posible. Pero un error casi de principiante del italiano (permitió que el motor de su Renault se calara en la partida) dejó a Kimi Raikkonen pegado al campeón, a imagen y semejanza a lo ocurrido en Mónaco. Ahora, o al menos eso parece, el finlandés tiene un coche en condiciones y durante muchas vueltas fue más rápido que Alonso. Pese a eso no logró pasarle y apenas lo intentó una vez. Prueba de la dura competencia, ambos pilotos marcaron sus mejores vueltas en la 22. Kimi lo hizo en 1:15.841 mientras que Alonso en 1:15.911, por lo que el asturiano se quedó a apenas 70 milésimas de su segundo hat-trick consecutivo. Fisichella tuvo que cumplir un drive-thru por su error, perdiendo casi cualquier esperando de podio.
 
Alonso se batió sólo, sin ayuda en pista, ante un Kimi con muchas ganas de lograr su primera victoria del año. Pero el finlandés no parece aguantar el ritmo, con la poca ayuda de su equipo que echó por tierra todo el trabajo del piloto en una desastrosa primera parada en boxes. Ese tiempo perdido –por un problema en la llanta trasera derecha– no pudo recuperarlo en toda la carrera. Él mismo erró en la curva L'Epingle antes de la recta del Casino y perdió el segundo puesto ante un Schumacher que de esta manera no pierde tantos puntos ante el indiscutible líder del Mundial. La carrera del alemán fue bastante buena partiendo desde el quinto lugar. En la partida se vio perjudicado por el caos aunque después ganó dos puestos gracias al accidente entre Nico Rosberg –que no cumplió con la regla no escrita de dejar pasar a su perseguidor tras saltarse una chicana– y Juan Pablo Montoya. La segunda mitad de la carrera no tuvo mucha historia. El duro accidente de Villeneuve –que venía cumpliendo un papel bastante destacado– pudo ponerle algo de emoción por la entrada del Safety Car. Pero las reglas que no permiten "reordenar" los coches por puestos hacen que los doblados eviten un final de carrera disputado.
 
Alonso no sólo ha logrado en Montreal la cuarta victoria consecutiva. También ha logrado ampliar su ventaja, probar que Norteamérica no es un obstáculo y llegar a Indianápolis con una ventaja que le permite incluso arriesgar y equivocarse. La duda es descubrir lo que pasará con los Michelin en EEUU para que no monten el mismo circo que en 2005.
 
 
 

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