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Martín Krause

Regreso a los años 70

Las modas "retro" suelen aparecer de tanto en tanto, aunque en general son impuestas por alguna película exitosa o un modisto famoso. En la Argentina observamos ahora una clara evocación de los años 70, a partir de la asunción del nuevo presidente, Néstor Kirchner.

En primer lugar, pudimos verlo en la misma ceremonia de asunción del nuevo mandatario. Las tres principales figuras extranjeras que participaron en los actos fueron Lula, Chávez y Castro. Lula parece ser el gran ídolo de los integrantes del nuevo gobierno, pero lo cierto es que no están copiando sólo parte de su estrategia, ya que el presidente brasileño se preocupó muy bien de desechar los temores sobre su pasado, afirmando un rumbo económico que no está muy alejado del que Brasil venía siguiendo. No es que éste fuera un dechado de virtudes, pero podía esperarse algo peor. En el caso argentino sucede algo similar. Al confirmar Kirchner al ministro de Economía Roberto Lavagna intentó enviar un mensaje claro de continuidad de las políticas que en el último año, a fuerza de infligir más daños, han permitido recuperar una cierta calma.

En el ámbito de las relaciones exteriores, sin embargo, esa supuesta moderación está totalmente ausente. A pocas horas de asumir el cargo, los periodistas preguntaron al nuevo Canciller, Rafael Bielsa: "Usted padeció la dictadura argentina, estuvo exiliado en España. ¿No le parece que en Cuba se violan los derechos humanos? Tres ejecuciones, virtual cadena perpetua para unos setenta intelectuales... ¿No es eso una violación...? He aquí su respuesta: "No me atrevo a decir abiertamente: se violan los derechos humanos en Cuba. No tengo autoridad moral ni el cargo que me permita decir una cosa con tanta ligereza. Si yo tomo las cosas en términos formales, ha habido un juicio, ha habido una acusación, un abogado defensor; un fiscal... Se han cumplido todos los pasos. Usted me puede decir: el juicio fue una parodia, el abogado defensor era más inquisitivo que el fiscal, el fiscal prácticamente era el ejecutor y, respecto del debido proceso legal, lo es a la cubana. Bueno, yo respetaré su punto de vista, pero si yo hubiera formado parte de una comisión de expertos me pronunciaría más responsablemente".

Entonces, ahora lo que importa a los "defensores de los derechos humanos" son los aspectos formales. Si hay un tribunal que decide las ejecuciones o las prisiones todo está bien. También los había en Irak, incluso los nazis elaboraban actas sobre los judíos que mandaban a las cámaras de gas. Todo era de acuerdo a la "ley". Pues en la misma dictadura argentina por la que Bielsa tuvo que exiliarse también había normas legales. Un gobierno democráticamente electo, entonces a cargo de María Estela Martínez de Perón, había firmado un decreto llamando a las Fuerzas Armadas a "extinguir" a la guerrilla, cosa que luego los militares en el poder tomaron al pie de la letra.

En la Unión Soviética se enjuiciaba a los disidentes y terminaban siendo enviados a hospitales para dementes, ya que oponerse a tan maravilloso régimen habría de ser una cosa de locos. Mientras el nuevo canciller hacía estas declaraciones, Fidel Castro hablaba ante una gran audiencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires invitado, tal vez, para hablar del "derecho". Pero no, no hizo mención a nada de eso. Eso sí, dijo que esa reunión en las escalinatas de la Facultad le hacía recordar a la Plaza de la Revolución y se despidió con su tradicional saludo: "hasta la victoria siempre". Pero en el caso de la Argentina, luego de lo vivido en estos últimos años, pretender que las soluciones se encuentran en el izquierdismo y el aislamiento de los años 70 sería una gran derrota.

Martín Krause es corresponsal de la agencia © AIPE en Buenos Aires.

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