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Miguel del Pino

Elefantes en el arca

Algunos elefantes de Sumatra son cazados de forma ilegal por su carne, su piel o su marfil, pero la peor amenaza es la deforestación.

Algunos elefantes de Sumatra son cazados de forma ilegal por su carne, su piel o su marfil, pero la peor amenaza es la deforestación.
Hembra de cinco días de la subespecie sumatranus | Corbis

Una de las subespecies del elefante indio, el elefante de Sumatra (Elephas indicus sumatranus) se encuentra en situación de peligro crítico según las organizaciones internacionales que gestionan los registros de fauna en riesgo de extinción. Toda una familia reproductora llega al Zoo-Acuarium de Madrid. Sin duda se trata de una excelente noticia.

Con la prudencia que requiere el caso, parece que han disminuido, e incluso cesado, las campañas animalistas contra los zoológicos en general. Sabemos que algunas de estas instituciones no cumplen los requisitos imprescindibles para albergar animales, y mucho menos especies en peligro, pero en general la situación de los zoológicos españoles es buena y en algunos casos roza la excelencia.

El Zoo-Acuarium de Madrid, llamado en sus comienzos por los ya lejanos años setenta "Zoo de la Casa de Campo", ha ganado su prestigio éxito a éxito, superando las oleadas de supuesto proteccionismo que proliferaban hace décadas. La adaptación y reproducción del Panda gigante es su estandarte y su mejor carta de presentación, pero hay otros muchos ejemplos significativos, como el funcionamiento reproductor de las familias de gorilas y orangutanes, la del Panda menor, el elefante asiático, el león de Berbería y tantos y tantos otros casos que no debemos olvidar. Ahora el Zoo madrileño se enfrenta a un nuevo desafío.

Recibimos a toda una familia de elefantes indios, pero con el valor añadido de pertenecer a la subespecie sumatranus. Como el nombre indica este particular elefante tiene su cuna en la Isla de Sumatra, un paraíso naturalista perteneciente a la República de Indonesia.

El elefante de Sumatra es un poco más pequeño que la especie india típica, su piel es más clara, en definitiva hay diferencias significativas que justifican su separación del tronco general Elephas indicus. Lo dramático es que en libertad apenas quedan 2.500 ejemplares y que la gran disminución de la población se ha producido en los últimos treinta años.

Algunos elefantes de Sumatra son cazados de forma ilegal por su carne, su piel o su marfil, pero la peor amenaza es la deforestación de las selvas de Indonesia, su cuna natal, deforestación que alcanza proporciones catastróficas.

El aprovechamiento de las valiosas maderas de la selva es una de las razones del desastre, pero también se producen talas abusivas para sustituir la floresta autóctona por plantaciones de café, un café excelente, pero una verdadera amenaza para la flora y la fauna.

El elefante sumatrano no será el único expulsado del Paraíso. La selva de la isla esconde criaturas tan valiosas como el propio "orang uta", considerado por los nativos durante siglos como un "hombre de los Bosques". Verdaderamente el orangután es el más encantador de los grandes antropoides.

Sean bien venidos a Madrid los nuevos inquilinos de nuestro zoológico. Se trata de dos hembras de veinte años de edad llamadas Cynthia y Nora, y de un joven de tres años, Bogor, hijo de esta segunda. El grupo familiar cuenta también con un macho que debe de ser muy apuesto a juzgar por su nombre, "Valentino", de once años de edad y del que se espera sea capaz de continuar la cadena reproductora del grupo.

Nadie piense que Valentino será el líder o el jefe del grupo, ya que la sociedad de los elefantes es marcadamente feminista y son las hembras de mayor edad quienes ejercen el liderazgo.

Para recibir animales tan valiosos un zoológico tiene que garantizar la posesión de las instalaciones adecuadas necesarias, así como de un potencial económico suficiente para afrontar tal responsabilidad, pero más que por estos factores, la confianza de estas instituciones se basa en el prestigio obtenido internacionalmente a lo largo de décadas de esfuerzos y de éxitos. En este sentido es una excelente noticia la entrada del Zoo de Madrid en un programa tan delicado como el intento de formación de una familia reproductora de una especie en peligro crítico.

Dado que otra de las funciones de los zoológicos modernos es la educación, en este caso la educación ambiental, se anuncian una serie de jornadas de actividades didácticas en relación con los recién llegados. Los elefantes nunca dejarán de sorprendernos, especialmente por su extraordinario comportamiento, su memoria y sus maravillosas adaptaciones, entre las que destaca la trompa, un órgano que procede de la fusión y prolongación del labio superior y de la nariz, que cuenta con millares de músculos y que es capaz de derribar un árbol o de recoger con toda delicadeza un alfiler.

Esperamos que Madrid contribuya a hacer salir de su situación crítica a esta maravillosa criatura.

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