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Miguel del Pino

Héroes entre las llamas

Ahora es momento de estar con quienes luchan contra las llamas, y en este sentido hay que recordar que somos mucho mejores en la extinción que en la prevención

Los vecinos de la preciosa Isla de La Palma todavía, en medio de la incertidumbre sobre el final de ese gran incendio que la asola, tienen la suficiente bondad y nobleza como para llenar sus tejados de letreros con la palabra GRACIAS, dedicada a los equipos de extinción. Esta bocanada de aire puro tiene que ayudar a acabar con la negrura del humo y el crepitar de las llamas.

Agradecidos, luego bien nacidos: así de sencillo. La imprudencia parece ser la causa del origen del fuego, como en estos momentos investiga el Juzgado 2 de Los Llanos de Aridane, en la “Isla Verde”, como es conocida la Palma en medios ecologistas y turísticos.

Como no podía ser de otra forma, está detenido ese joven alemán que ha confesado la autoría no intencionada de la catástrofe. Quemar papel higiénico será “muy limpio y verde” en teoría, pero ha contravenido el principio fundamental que establece “no encender fuego por ninguna causa en lugares forestales, especialmente cuando aprieta el calor del verano”.

Pero dejemos, con tanta pena como indignación, al presunto causante en manos de la justicia. Esta semana no se puede hablar ni escribir sobre ecología sin basarse en el recuerdo, el homenaje y el pésame a los familiares de ese nuevo héroe que viene a sumarse a la lista de quienes han perdido la vida en España luchando contra los incendios forestales: Don Francisco José Santana, agente forestal de 54 años.

El triste fallecimiento de este agente deja en segundo término todo lo demás que esta semana pudiera ocupar la atención de los medios en relación con la ecología. Ni los verdes aros olímpicos ni la simbología contra la deforestación que ha encerrado la ceremonia inaugural de Río olímpico pueden desviar la atención de esa nueva muerte de un forestal en la lucha contra los incendios.

El número de hectáreas de bosque afectadas por grandes incendios o el valor ecológico de las mismas suele acaparar titulares a la hora de hacer los balances finales de cada año. Al menos esta vez el nombre del forestal fallecido ha sido objeto del homenaje y el reconocimiento mínimo debidos

El propio rey Felipe VI ha hecho objeto de sus condolencias a la familia de Francisco José Santana por medio de una llamada telefónica. Don Felipe llamó también al presidente canario Fernando Clavijo para interesarse por las labores de extinción, al tiempo que instituciones y colectivos profesionales guardaron el pasado viernes un minuto de silencio en recuerdo del héroe fallecido.

Ya hablaremos más adelante sobre los aspectos ecológicos de las consecuencias del incendio. Ahora es momento de estar con quienes luchan contra las llamas, y en este sentido hay que recordar que somos mucho mejores en la extinción que en la prevención. La zona devastada está lejos del emblemático Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, pero el Parque Natural Cumbre Vieja se encuentre en la zona de influencia más inmediata.

Cerca de 4.000 hectáreas han sido a estas alturas pasto de las llamas en ese horrible tributo que debe pagar año tras año la naturaleza española en los “veranos negros”. El pasado 2015 el horror del fuego alcanzó cotas máximas en la zona cacereña de Gata, donde ardieron 7.800 hectáreas y hubo que evacuar a 4.000 personas.

La institución WWF, antes ADENA, insiste en la necesidad de señalar, para su especial protección, las zonas forestales de más alto riesgo, que se identifican con las siglas ZARI, generalmente corresponden a masas boscosas que padecen abandono forestal y no están sometidas a la acción del pastoreo sostenible. De todas formas nunca se podrá evitar que un irresponsable o un malvado, según cada caso, arruinen todo el trabajo y la vigilancia.

Y mientras tanto los vecinos dando las gracias desde sus amenazados tejados. Cómo no recordar aquello de “!Qué buen vasallo si hubiera buen señor!”. Si nuestros políticos, todos, consiguieran alcanzar el nivel de esos ciudadanos de La Palma, otro gallo cantaría, aunque no todos podamos llegar a la categoría de héroes, como el forestal fallecido.

Ignoro cuál será el status jurídico y laboral de los trabajadores contra incendios. En los retenes hay tanto personal militar como civil y con referencia a ambos pienso que sus familias quedarán cubiertas para que tengan un futuro digno en caso de fallecimientos en acto de servicio, dando por descontado que además recibirán los honores merecidos.

Nuestro más sentido pésame para la familia del agente forestal Don Francisco José Santana. Los amantes de la naturaleza nunca olvidaremos su nombre.

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