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Miguel Posada

En la tormenta

Colombia podría compararse con un barco averiado navegando en medio de la tormenta, pero con una nueva y experta tripulación. El gobierno recientemente elegido de Alvaro Uribe tiene el reto de manejar un país con muchos problemas internos, entre ellos el conflicto con una subversión marxista y terrorista, enriquecida con el narcotráfico. Colombia también viene de sufrir la peor recesión de su historia y además esta siendo afectada por la percepción de inestabilidad que generan los problemas de Argentina, Brasil y Uruguay. Aun cuando el comercio de Colombia con esos países es insignificante, su inestabilidad económica afecta la percepción de los inversionistas sobre Colombia. Afortunadamente, el nuevo presidente, Alvaro Uribe Vélez y su equipo tienen experiencia y conceptos económicos muy claros. No van a volver al estatismo y al populismo, como ha ocurrido en otros países del continente.

La situación económica de Colombia no es fácil. El desbordado crecimiento del Estado ha generado un déficit fiscal consolidado de 3,5% del PIB que se viene financiando con deuda interna y externa. La deuda pública, cercana al 50% del PIB, no se puede aumentar indefinidamente, especialmente si se adquiere para financiar gastos y no para inversiones productivas. Muchas empresas estatales están quebradas y dominadas por voraces sindicatos marxistas. El desempleo sobrepasa el 16%.

Pero también hay factores positivos. Las instituciones financieras se han saneado, la inflación se ha reducido al 6%, la cifra más baja en 30 años, y los balances de las empresas que sobrevivieron a la crisis empiezan a mostrar buenos resultados. La reciente aprobación de preferencias andinas por Estados Unidos permite prever un auge en las exportaciones y algunos de los renglones beneficiados son buenos generadores de empleo. Tal es el caso de la confección de prendas de vestir.

En medio de estas dificultades es indispensable aumentar el gasto de defensa y seguridad. Los gremios empresariales han indicado estar dispuestos a pagar más impuestos, siempre y cuando el Estado haga un esfuerzo por reducir los gastos en burocracia y controlar la corrupción.

Para equilibrar las finanzas públicas, el presidente Uribe se propone reducir el tamaño del Estado. Y se le puede creer, pues cuando ocupó la gobernación de Antioquia logró una notable reducción de la burocracia departamental. El equipo económico que ha conformado es serio y experimentado. El ministro de Hacienda, Roberto Junguito, ya ocupó ese cargo. Junguito manejó con éxito la crisis fiscal del gobierno Betancur (1982-1986). Luego fue miembro de la Junta Directiva del Banco de la República, la máxima autoridad monetaria y posteriormente ocupó un alto cargo en el Fondo Monetario Internacional. El director de Planeación Nacional es Santiago Montenegro, quien fue decano de economía de la Universidad de los Andes y que viene de la Presidencia de la Asociación de Instituciones Financieras (ANIF), un centro de estudios del sector financiero privado. El ministro del Interior y de Justicia, Fernando Londoño, está empeñado en la simplificación de la legislación y tiene muy claro que el desarrollo sólo se dará si las empresas pueden operar en un ambiente de reglas claras y sencillas.

En el frente de la guerra, las guerrillas marxistas, aunque son fuertes en combatientes y armas, no cuentan con el apoyo de la población. Según las encuestas, el 98% de la opinión las rechaza. Durante el gobierno de Andrés Pastrana, las Fuerzas Militares se fortalecieron y están causando bajas a la guerrilla que ésta no podrá soportar indefinidamente. El nuevo gobierno tiene muy claro que debe aumentar la presión, hasta destruir la guerrilla u obligarla a dejar las armas. Pero para lograr esto pronto se requieren, no sólo recursos económicos, sino cambios en la legislación, que fue concebida para tiempos de paz, y no permite enfrentar adecuadamente el reto subversivo.

Lo más importante es que al timón del barco está un presidente que goza de gran credibilidad. El inicio del nuevo gobierno es una nueva esperanza para los colombianos que esperan que Alvaro Uribe lidere e inspire la voluntad de todos para vencer las dificultades.

Miguel Posada Samper es director del Centro de Análisis Sociopolíticos (Bogotá).

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