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Pablo Molina

¡Ay Carmena!

Hay aquí una cosa como lo del despacho de abogados de Montoro pero en versión ladrillo.

Hay aquí una cosa como lo del despacho de abogados de Montoro pero en versión ladrillo.
EFE

La candidata de la franquicia electoral de Podemos a la Alcaldía de Madrid anda estos últimos días ajetreada intentando salvar la condición de exquisitos progresistas de sí misma y de su marido. Acusados por extrabajadores de él de haber eludido el pago de los salarios e indemnizaciones correspondientes tras el cierre de su empresa de arquitectura, la buena de Manuela Carmena se ha enredado en una madeja argumental que cada vez pinta peor para la parejita. Cuanto más habla la candidata de Pablemos, más claro queda que ambos se han comportado como los burgueses insolidarios a los que su partido ha jurado escarmentar si Carmena llega al poder.

La exclusiva de Libertad Digital ha levantado ampollas a pesar de que Manuela Carmena intenta aparentar normalidad, pero si en su partido no le han hecho todavía la autocrítica es porque, a menos de dos semanas para las elecciones, una ejecución sumarísima sería contraproducente.

Hoy mismo, la candidata podemita al Ayuntamiento de la capital ha intentado nuevamente dar explicaciones para justificar este aparente atentado empresarial de su esposo contra el noble pueblo trabajador y, para ello, ha hecho un esbozo de la biografía profesional del señor. Nunca lo hubiera hecho.

"Él fue director del Plan de Urbanismo de Madrid y después, cuando acabó el plan, decidió ejercer la arquitectura, pero a través de la constitución de empresas de arquitectura", ha dicho. Es decir, primero estableció en qué lugares se podía construir y a continuación creó empresas para llevar a cabo las edificaciones, una cosa como lo del despacho de abogados de Montoro pero en versión ladrillo.

Y para rematar el pastel Manuela Carmena anuncia ahora una querella contra los tres trabajadores que han denunciado a su maridín por no pagarles lo que les debe. Los va a llevar ante la Justicia ella, que antes de dedicarse a la política fue vocal del Consejo General del Poder Judicial. Ella, esposa del director del Plan de Urbanismo que se pasó a la empresa privada en el sector de la construcción. Ella, candidata del partido que ha prometido acabar con las puertas giratorias en cuanto llegue al poder. Ella, o sea, Manuela Carmena. Todo un símbolo ya.

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