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Pablo Molina

El polvorín naranja

En Ciudadanos-Murcia están últimamente muy entretenidos. Este viernes viene a la región un enviado de la dirección nacional a poner algo de orden.

En Ciudadanos-Murcia están últimamente muy entretenidos. Este viernes viene a la región un enviado de la dirección nacional a poner algo de orden.
EFE

La expulsión de los cinco concejales de Ciudadanos en Molina de Segura es el último escándalo de la formación naranja en la región de Murcia, una demarcación donde el partido de Rivera no ha estado, digamos, demasiado afortunada en la elección de sus representantes.

Hace un par de semanas, el único concejal de Ciudadanos en la localidad de Fortuna, gracias a cuyo voto salió elegido un alcalde socialista -la lista más votada fue el PP, con 6 concejales de 13-, entró a formar parte del equipo de Gobierno con un sueldo de 30.000 euros anuales. El citado concejal había sido con anterioridad edil del PP y miembro del Gobierno municipal, pero se pasó al Grupo Mixto cuando los populares decidieron bajarse el sueldo. En las siguientes elecciones, las del año pasado, encabezó la lista de Ciudadanos, gracias a lo cual entregó la alcaldía al PSOE y, de paso, va a cobrar 2.500 euros brutos en un pueblo de 10.000 habitantes y 25% de paro. La dirección de Ciudadanos le abrió un expediente el 25 de abril, pero aún no se tienen noticias al respecto. Se conoce que el comité regional necesita más tiempo para analizar si la actitud de su concejal se ajusta o no al código ético del partido.

Mientras los votantes murcianos comprobaban la firmeza en las propias convicciones de algunos concejales naranja surgió el molesto asunto de las facturas electorales, pagadas por la dirección regional del partido con cargo a la asignación oficial del grupo parlamentario en la cámara autonómica. Nueva apertura de expediente, pero esta vez con el cese en su cargo orgánico del coordinador regional, aunque no está claro que esta decisión vaya a ser definitiva.

Y entonces llegó el grupo de Ciudadanos en Molina de Segura, la cuarta ciudad de la región, y sus miembros decidieron votar en bloque a la candidata socialista en el pleno convocado para elegir nuevo alcalde tras la dimisión del anterior, del PP, al que el partido naranja obligó a abandonar el cargo por su imputación en un caso urbanístico. El líder de Ciudadanos en la localidad es también un dechado de lealtad a sus ideas, puesto que antes de en el partido de Rivera tan solo militó en la UGT, el CDS y el PP, partido este último del que fue concejal y con el que alcanzó la fama tras ser acusado de instalar en su casa unas farolas retiradas de las calles del municipio.

En fin, que en Ciudadanos-Murcia están últimamente muy entretenidos. Este viernes viene a la región un enviado de la dirección nacional a poner algo de orden. Parece que los militantes, por motivos de lo más diverso, le están preparando un recibimiento por todo lo alto y que el encuentro va a ser también muy ameno. Tanto que igual se produce alguna que otra víctima a causa de tanta juerga acumulada. O sea, lo más apropiado de cara a unas nuevas elecciones.

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