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Pablo Molina

Elecciones históricas en Arabia Saudí

Diecisiete de estas pioneras lograron ser elegidas, imponiéndose a candidatos varones en un lugar especialmente caracterizado por la discriminación de la mujer.

El pasado sábado se celebraron en Arabia Saudí elecciones para elegir a dos terceras partes de los concejales de los ayuntamientos del país (el tercio restante lo designa directamente el Rey). A primera vista, eran unos comicios de relativa importancia, dado el escaso margen de maniobra de los referidos cargos. Sin embargo, hubo una circunstancia que les hizo merecedores del calificativo de históricos: por primera vez, las mujeres podían presentar sus candidaturas. No sólo eso: 17 de estas pioneras lograron ser elegidas, imponiéndose a candidatos varones en un lugar especialmente caracterizado por la discriminación de la mujer.

Novecientas mujeres lograron superar todos los obstáculos burocráticos y formalizar sus candidaturas. Se enfrentaban a seis mil hombres que pugnaban para esos mismos puestos y lo hacían en inferioridad de condiciones, ya que a las mujeres no se les permitía pedir el voto directamente a los varones, que representaban el 90% del censo de inscritos. En cuanto a la campaña en sí, las mujeres se enfrentaron también a severas restricciones para la celebración de actividades electorales, que en todo caso han de seguir la segregación por sexos.

Las saudíes que dieron el paso adelante y se postularon a los consejos municipales, hasta ahora dominados por hombres -como cualquier otro ámbito administrativo en Arabia Saudí-, tuvieron que superar numerosos impedimentos. El hecho de que la ley haga depender a las mujeres de un varón de la familia o tutor para cualquier trámite burocrático supuso una gran dificultad para formalizar las candidaturas. Otro obstáculo fue la escasa participación femenina en las elecciones, con sólo 130.000 inscritas por más de 1,3 millones de varones. Ninguna mujer podría haber sido elegida apelando tan sólo al voto femenino. Las candidatas necesitaron una mayoría de votos masculinos para resultar elegidas, algo que consiguieron no sólo en los bastiones más conservadores del país, sino en todas las provincias del reino.

En la ciudad costera de Yeda, una de las zonas más, por así decir, cosmopolitas, cuatro mujeres formarán parte del consejo municipal. Otras tres lo harán en la capital, Riad. Y Salma Bint Hizab al Otaibi en la localidad de Madraká, cercana a La Meca, el lugar más sagrado del islam. También en las provincias orientales, de mayoría chií, habrá a partir de ahora concejalas.

El acceso de las mujeres a los concejos no va a borrar de un plumazo el ominoso historial de discriminación que han padecido y padecen. En Arabia Saudí, las mujeres dependen para cualquier decisión de su marido, de un varón de la familia o de un tutor, sin cuya autorización no pueden realizar actos tan cotidianos en las sociedades occidentales como pasear por la calle o viajar. Hoy, pueden ser concejalas pero siguen sin poder conducir. Así que el camino para la emancipación tiene por delante un largo recorrido. Sea como fuere, los avances que se produzcan en el futuro a favor de la igualdad tendrán a partir de ahora como referencia la gesta de esas 17 pioneras que el pasado sábado se convirtieron en las primeras concejalas de la historia del reino.


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