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Pablo Molina

Job Wars III: El sindicato contraataca

El agravio se centra en el trabajador, tanto en paro como en activo, al que ofrecen como justificación de una huelga argumentos de una zafiedad excesiva incluso para los informativos de La Secta.

Cuando pensábamos que los dos primeros videos realizados por la UGT eran insuperables, van nuestros funcionarios sindicales y nos regalan una tercera entrega que nos saca del error. Durante unos días tendimos a pensar que el insulto a la inteligencia de los trabajadores españoles había llegado al límite del decoro con los dos primeros capítulos. Con éste tercero, el último por el momento, queda acreditado que cualquier previsión siempre se quedará corta cuando se trata de un organismo dirigido por Cándido Méndez

A la UGT le pasa lo que al cine español, por otra parte lo más natural dado que los cineastas son también empleados públicos financiados con dinero de los ciudadanos: en ambos casos los prejuicios ideológicos no les permiten ver la realidad. Igual que el cine patrio es incapaz de producir una película sobre la Guerra Civil o la sociedad actual que sea mínimamente reconocible en los hechos que relata, los sindicatos se niegan a admitir que la realidad social opera de forma no ya distinta, sino exactamente contraria a como pretenden presentarla con el supuesto objetivo de animar al proletariado a acudir a la huelga.

Son tan torpes que llegan a presentar al empresario del tercer episodio de la saga como miembro de una absurda ONG, excentricidad sólo al alcance de los progres a la violeta. Como no han trabajado jamás, y si lo hicieron ya no recuerdan la sensación dado el tiempo transcurrido, ignoran hasta los rudimentos más elementales sobre los que se construye un negocio o se crea un puesto de trabajo.

En todo caso, el insulto no va dirigido a los auténticos empresarios, que tienen actualmente mayores preocupaciones que atender a las idioteces fílmicas de unos señores cuya labor ignoran tanto como desprecian. El agravio se centra en el trabajador, tanto en paro como en activo, al que ofrecen como justificación de una huelga argumentos de una zafiedad excesiva incluso para los informativos de La Secta. Como dice la actriz que interpreta a una de las trabajadoras de la empresa ficticia que sirve de marco a la serie (probablemente una sede de UGT): "Para mearse en las bragas".

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