En septiembre de 2014, el líder supremo de Podemos comentaba así las imágenes de la violenta agresión a un policía por parte de unos manifestantes antisistema: "Tengo que reconocer que me ha emocionado". La emoción surgía porque, según Iglesias, la paliza al funcionario "expresaba una rabia que está creciendo", lo que demostraba que "algo" se estaba "moviendo" en la sociedad. Bien.
Con motivo de la huelga de taxistas, esa misma rabia de la sociedad, tan celebrada por Iglesias, ha adoptado la forma de un huevo que, en efecto, ha adquirido movimiento hasta estamparse muy cerca del referente indiscutible de Los de Abajo. El huevazo lo ha recibido mayormente el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de España, un kolectivo que, al parecer, no está demasiado de acuerdo con las premisas ideológicas que promueven Iglesias y sus chicos, que en esos momentos se estaban haciendo la foto.
El oráculo de Podemos, Pablo Echenique, ha calculado la distancia recorrida por el huevo, su velocidad y la situación espacial de los protagonistas de esta expresión de rabia popular, y obtenido el vector de fuerza resultante. A la vista los datos recogidos, Echenique ha concluido que el huevazo iba dirigido a los antidisturbios. No se aprecia a ningún agente cercano en la imagen, pero si lo dice el campeón de los derechos de los asistentes domiciliarios, que además es científico, habrá que aceptarlo.
La expresión de Iglesias al percibir en su propia cabeza que "algo se está moviendo en la sociedad" no parecía de mucha emoción sino, más bien, de estupor y de estar algo acojonado. Pero debe de ser un problema de apreciación personal, porque pocos minutos después su equipo en las redes sociales le hacía decir en Twitter que el episodio le ha hecho "un huevo de ilusión". A nosotros, en cambio, nos ha preocupado, como cada vez que La Sociedad saca a pasear su lado violento. Ese que tanto emociona a Iglesias cuando las víctimas son los otros.