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Pablo Molina

Otro sueldo para Pajín

Con esta decisión Zapatero demostraría de nuevo que no quiere en su Gobierno a nadie más inteligente que él, una medida muy razonable que evita siempre penosas escenas de celos entre los miembros de un Gabinete y quien lo dirige.

La entrada de Leire Pajín en el Gobierno de "este país" supondrá esa inyección de optimismo que los ciudadanos necesitamos para sobrellevar los rigores de la recesión económica. Seguiremos pasando dificultades de todo tipo pero nos reiremos un montón, vaya una cosa por la otra.

Con esta decisión Zapatero demostraría de nuevo que no quiere en su Gobierno a nadie más inteligente que él, una medida muy razonable que evita siempre penosas escenas de celos entre los miembros de un Gabinete y quien lo dirige. Sólo falta conocer en qué ministerio va aterrizar finalmente la estadista alicantina, aunque a tenor de sus capacidades tal vez la cartera de educación sería el destino más oportuno.

La asignatura de educación para la sodomía –¿o era para la ciudadanía?– pretende modelar a nuestros niños precisamente para que se conviertan en pajines, adultos tan relativistas en asuntos de ética como absolutistas a la hora de trincar del presupuesto durante toda una vida escalando puestos en la administración o la política. Con Leire como ministra tendrían un ejemplo muy cercano de lo que se espera de ellos en el futuro, ejercicio pedagógico muy notable que evitaría a los profesores de la asignatura la utilización de modelos abstractos.

En Asuntos Exteriores también tendría excelente acomodo una mujer de estado como nuestra Leire, que ya hizo sus pinitos en la capital de Mozambique, Maputo, de nombre tan peliagudo como el apellido de la propia protagonista, desfilando con el traje regional junto a Fernández de la Vega, otra posible damnificada en la presunta remodelación ministerial que planea ZP. Además ha trabajado al lado de Miguel Ángel Moratinos, el Metternich del siglo XXI, y eso imprime el carácter necesario para imponer respeto en todas las chancillerías y gestionar con solvencia nuestros asuntos de ultramar.

El único puesto que le está vedado es el de vicepresidenta económica. No por falta de méritos para ser la segunda de Zapatero, sino porque la materia objeto de su gestión no es el fuerte de nuestra protagonista. El día que afirmó que el principal problema de nuestra economía era que el PIB es masculino, la "piba" perdió cualquier posibilidad de ser ministra del ramo. En todo caso, sabiendo que va a tener cuatro o cinco sueldazos a su disposición, estamos seguros de que si llora lo hará lo justito.

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