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Pablo Molina

Susana pasará lista

Los bolos provinciales sirven para tomar buena nota de qué cargos socialistas acuden o no a romperse las manos aplaudiendo al candidato.

Los bolos provinciales sirven para tomar buena nota de qué cargos socialistas acuden o no a romperse las manos aplaudiendo al candidato.
Susana Díaz | EFE

La presidenta de la Junta de Andalucía ha anunciado que el próximo 26 de marzo anunciará su candidatura a las primarias del PSOE. Con este anuncio del anuncio, como hacen las folclóricas cuando avisan de la grabación de un disco o los futbolistas cuando informan de su retirada 20 partidos antes del final de la Liga, Susana Díaz entrará oficialmente en la política nacional, y lo previsible es que lo haga entre el clamor de los socialistas más sensatos, que ven en ella la última esperanza de que el PSOE no desaparezca disuelto en el magma populista de la podemidad.

Díaz va a iniciar ya su periplo por las tierras de España para recabar el apoyo de las bases socialistas, igual que ya han empezado a hacer los otros candidatos a la Secretaría General. Pero esto de participar en mítines por toda la geografía nacional no es simplemente un asunto de pura propaganda política, cuyos efectos se agotan el día de la votación. Al contrario, los bolos provinciales sirven también para tomar buena nota de qué cargos socialistas acuden o no a romperse las manos aplaudiendo al candidato. Sobre todo en un partido fragmentado tras la salida precipitada de su último secretario general.

Este próximo sábado, sin ir más lejos, Susana Díaz viene a la región de Murcia para promocionar su candidatura y, de paso, asestarnos un mitin sobre el exitoso modelo de gestión andaluz. Dado que la directiva socialista murciana es pedrista a rabiar, va a ser muy interesante pasar revista a las caras de los asistentes al acto en las primeras filas del mitin. Y lo mismo ocurrirá en todos los actos de campaña que convoquen unos y otros hasta las elecciones primarias del próximo mes de mayo.

Todo esto ocurrirá entre el estupor del resto de los españoles, a los que les importa relativamente muy poco quién dirige el PSOE. En última instancia, Susana Díaz peleará por el trono de Ferraz con Pedro Sánchez y Pachi López, y entre los tres suman seis meses de cotizaciones fuera de la política (los que Sánchez estuvo enchufado como profesor auxiliar). En otras palabras, la dirección del PSOE se va a dirimir entre la presidenta de la segunda región más corrupta de Europa (tras Cataluña), un señor al que echaron de ese mismo puesto y un tercero que es el más fiel reflejo de la absoluta inanidad. ¿Qué podría salir mal?

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