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Pablo Montesinos

Parches ante el “chantaje” de Bárcenas

Los cargos de Génova ya no disimulan su impresión de que lo de Bárcenas se trata de un "chantaje".

Querida Ketty:

A media tarde del jueves poco importaba ya que, en opinión de una amplia mayoría, Mariano Rajoy hubiera ganado el Debate sobre el estado de la Nación. "Se acabó la alegría", resumió un ministro preguntado por el informe de la UDEF que devolvía a Luis Bárcenas a la primera plana, y en consecuencia hacía añicos el enorme trabajo realizado por el presidente y su equipo durante días.

El viernes, el enfado en el gabinete era morrocotudo. Tras una semana con muy pocas horas de sueño -el día previo al Consejo de Ministros, sin ir más lejos, la vicepresidenta salía de su despacho cerca de las doce de la noche con el objeto de cerrar el paquete de medidas urgentes anunciado por el jefe-, la sensación de impotencia era generalizada: "Hemos hecho un trabajo gigante, dándole una vuelta de tuerca a la política económica y por un párrafo en un informe policial todo queda en nada".

Soraya Sáenz de Santamaría capeó la rueda de prensa como pudo. En Moncloa creen que lo que tiene que hacer el Gobierno es legislar y trabajar para sacar a España de la crisis, siendo el papel del PP convertirse en escudo ante casos como éste. Pero Génova no convocó ninguna rueda de prensa ese día, y la vicepresidenta tuvo que escuchar preguntas del tipo: "¿Se avergüenza usted de haber tenido a Bárcenas como tesorero?".

En el fondo, coinciden no pocos cargos de las diferentes estructuras, está el hecho de una estrategia mal enfocada. "No existe un relato consistente", se quejan. Esto es, explicar cómo sucedieron las cosas aunque haya que entonar el "rectificar es de sabios", como ya ocurrió con Jesús Sepúlveda. Hasta ahora, continúan, la dirección del PP ha puesto "parches" en connivencia con Moncloa bajo la teoría de que "no pasa nada".

"¡Pero claro que pasa! Estamos quemados. Deberíamos de estar celebrando que Rajoy se comió a Rubalcaba en un debate decisivo para nosotros. Deberíamos de estar celebrando que el Gobierno ha anunciado un nuevo paquete de reformas. Pero volvemos a estar callados, incluso asustados, por Bárcenas", analiza un diputado popular. La sensación de indignación cada vez va a más: no sólo con el extesorero, ese hombre de confianza hasta 2009, sino también con la forma de responder del PP.

Los cargos de Génova ya no disimulan su impresión de que se trata de un "chantaje". También en el escalafón más alto de la pirámide de poder. Una coacción "a la que no se puede contestar con parches", aseguran varios. Más aún porque el objeto del "chantaje" no es otro que el mismísimo presidente del Gobierno, del que -de puertas para adentro- nadie piensa que lo haya consentido o lo fuera a aceptar. "Mariano puede ser muchas cosas pero es honrado, no es un corrupto", repiten.

Una situación de enredo a la que, el lunes, dará respuesta Cospedal desde Génova13. En la agenda, que aún no se ha hecho pública, consta una reunión del Comité de Dirección y una rueda de prensa. Su equipo trabaja con no esperar al turno de preguntas, sino afrontar directamente el peliagudo asunto. ¿Chantaje? Ella ya ha puesto una demanda contra Bárcenas, mientras que la acción judicial del partido se demora.

Y mientras, dicen en el PP, Rubalcaba logra "un poquito más de aire" gracias a los líos en casa ajena. Y eso, añaden, "que tiene los lobos en su propia casa", según un miembro del Gobierno. A él, por supuesto, le emplacé a tu misiva, que ya le he contado que Alfredo te lo cuenta todo.

Besos, Pablo.

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