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Pablo Planas

‘Cruising’, religión y catalanismo

Los convergentes del sector timorato se hacen cruces con las cosas que hay que aguantar de la CUP para salvaguardar el proceso y el capricho de Mas del referéndum.

Los convergentes del sector timorato se hacen cruces con las cosas que hay que aguantar de la CUP para salvaguardar el proceso y el capricho de Mas del referéndum.
EFE

Los convergentes del sector timorato se hacen cruces con las cosas que hay que aguantar de la CUP para salvaguardar el proceso y el capricho de Mas del referéndum. Que si tribus y copas menstruales, que si el beso lésbico ante la Moreneta y ahora el cruising en Tarragona con un cartel sacrílego de San Magín y la reliquia del brazo de Santa Tecla.

A la truculenta historia de la madre superiora Marta Ferrusola le sucede ahora otra ofensa contra los católicos en un grimoso pasquín con el que los chicos y chicas de Arran, la cantera de la CUP, se suman a un "día contra la LGTBIfobia", que es el 17 de mayo, y a otro "día por la liberación sexual", a celebrar el 28 de junio. Y además piden la legalización del cruising, el sexo gay al aire libre, en Tarragona. Portavoces de casi todas las entidades patrocinadoras de la diversidad sexual se han apresurado a desmarcarse por completo de la CUP en lo relativo a la defensa de las relaciones sexuales indiscriminadas y en público. En cuanto a San Magín, los obispos catalanes permanecen mudos del pasmo y están a tila desde la carta de Sor Marta al reverendo mosén andorrano.

El nacionalcatolicismo catalán, que es la histórica corriente central de Convergencia, vive horas aciagas. Nadie se atreve a poner en duda el catolicismo de los Pujol Ferrusola, pero la jerga de la matriarca les resulta indigerible. No tanto como lo de San Magín, ermitaño y mártir, que es de excomunión directa, pero chusco. Sabían que se les iba la mano al cepillo, pero lo de la "madre superiora" les ha dejado anonadados.

En cuanto a la CUP, otro caso perdido. Son anticapitalistas, antisemitas, batasunos, bolivarianos, castristas y comecuras, pero en una cosa son de fiar para Convergencia y ERC. Conocen, respetan y cumplen todos los mandamientos del credo nacionalista. Ahí es donde se nota el legado de Pujol, y a los efectos del catalanismo es lo primero. Si hasta la mayoría del clero catalán pone más empeño en conseguir adeptos al separatismo que fieles para los domingos...

Además, los diez diputados antisistema y la dirigencia de los partidos y facciones que componen la candidatura han dado sobradas muestras de su plena disposición a participar en un choque frontal con el Estado. Es más, lo están deseando para demostrar todo lo que aprendieron en los campamentos de verano de las juventudes filoetarras.

De momento se conforman con convertir la Cámara catalana en la primera trinchera del golpe de Estado separatista. Es la bolivarianización del Parlament a plena satisfacción de los encorbatados de Convergencia. Anna Gabriel les dice a los del PP que ni la miren, Junts pel Sí y la CUP se cargan la comisión Vidal y han amañado el reglamento para votar unas denominadas leyes de desconexión en lectura única. Convergencia, ERC y la CUP son a la democracia lo que el cruising al amor.

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