Si Rajoy fuera como Putin, que no es el caso, harían bien en preocuparse los capitostes del separatismo ante el condicional del ministro de Defensa, Pedro Morenés, respecto a una hipotética y en realidad imposible intervención militar en Cataluña. Dijo así el titular de la cartera de camuflaje en relación a la situación política en el noreste español:
Cada uno tiene que cumplir su deber, las Fuerzas Armadas, los gobernantes, los gobernados, y si todo el mundo cumple con su deber no hará falta ningún tipo de actuación.
Sólo con eso se han disparado las alarmas antiaéreas en Cataluña, hay vigías en la Diagonal por si aparece la cabra de la Legión, Lluís Llach ha propuesto que se preparen termos de café con leche para recibir a los soldaditos y los eurodiputados catalanistas piden amparo y protección a la UE.
Como lo de los refugiados se conoce que ya está controlado y arreglado, el foco de la atención mundial debería estar en el prusés de Mas y en lo que dice Morenés, que no lo sabe ni él, gimen los eurodiputados nacionalistas. Francia dilucida si bombardear Siria, pero Tremosa y Terricabras (respectivamente representantes de CDC y ERC en el Parlamento Europeo) reclaman que se tome nota de las "amenazas" del "Estado español" al "pueblo catalán". Puede que en esta clase de aspavientos, exageraciones y denuncias delirantes del separatismo resida la causa de su absoluta falta de credibilidad para los Gobiernos europeos. Escuchan que los catalanes están oprimidos por la bota fascista española y es inevitable que les entre la risa primero y muestren después una cortés preocupación por la salud mental del vindicante. Sí, sí, qué horror, un país reprimido con segunda residencia en Andorra y otra en el Ampurdán.
En medio de los ataques del Estado cruel y despiadado, los ciudadanos de Cataluña se disponen a asistir al tradicional milagro de San Panucio, que consiste en la multiplicación de los panes y los manifestantes cada viernes 11 de septiembre. En la prensa condal no bajarán de los dos millones según la casa de apuestas tresporciento.com. Cataluña es lo que tiene, entre Corea del Norte, por lo uniforme, y China, dada la masa.
Antes de que entren los tanques que no tiene Morenés, la Junta Electoral debe aclarar si es pertinente que TV3, la tele cubana de Mas, retransmita en directo y en su totalidad el desfile de Juntos por el Sí como si fuera un discurso de cinco horas de Fidel Castro. Si de eso se enteraran en el resto de Europa, no pensarían que los eurodiputados catalanistas son unos charlatanes sin peligro. La manifa íntegra y por la tele pública como si fuera una marcial exhibición del ejército popular del gigante asiático, inmediato precedente, es una tradición audiovisual local. Pasa que este año los convocantes forman parte de una candidatura política y el 11-S es el primer día de campaña, lo que no deja más salida a la Junta Electoral que impedir la retransmisión o fingir que no les ha llegado ningún recurso.
¿Tanques? ¡Qué más quisieran! ¿Ley? ¿Ein?