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Pablo Planas

¿Pasa algo por atropellar a una vieja?

El 'Govern' de la 'Generalitat' ya no sabe qué hacer para precipitar la incapacitación de sus integrantes.

El 'Govern' de la 'Generalitat' ya no sabe qué hacer para precipitar la incapacitación de sus integrantes.
Carles Puigdemont | EFE

El Govern de la Generalitat ya no sabe qué hacer para precipitar la incapacitación de sus integrantes, que es un procedimiento mucho más corriente que el de la inhabilitación. La idea de gastarse 57.000 euros en preguntar a 1.900 menores de treinta años si es importante cumplir las leyes y si estarían dispuestos a alistarse a un ejército catalán en caso "necesario" es una provocación a los abogados y fiscales del Estado para que exploren la vía de la enajenación mental en lugar de marear la perdiz con las partidas de los presupuestos para el referéndum ilegal. Ante la clientela y como cualquiera, los nacionalistas prefieren pasar por locos antes que por estafadores, ante el hecho ineluctable de que el referéndum, que se celebrará, será una patraña.

No pocos juristas serían capaces de defender que gastarse casi diez millones de las antiguas pesetas en tales preguntas está a años luz de la malversación de caudales públicos, delito que implica cárcel. Y ahí reside precisamente la gracia del Derecho. Ocurre también que en Derecho cualquier pasante de medio pelo es consciente de que con las leyes se pueden hacer virguerías menos decretar que están de pega, a menos que el pacto social haya estallado por los aires y se pueda abusar de las doncellas y asesinar a las viejas sin consecuencias.

La estadística es el fruto más depurado del método sofista. ¿Es importante cumplir las leyes? Esto es lo que el CIS catalán preguntará a un grupo aleatorio de jóvenes censados en Cataluña. El 1 será "nada importante" y el 7, "muy importante". Ni siquiera contemplan el 10, y es que se la pela. El singular procedimiento demoscópico explica de manera diáfana el mantra de que "el ochenta por ciento de los catalanes según todos los sondeos" se quiera jugar a piedra, papel o tijera su futuro.

Si la pregunta es si es importante cumplir las leyes, significa que se ha superado de largo la pantalla de ceder el paso a un discapacitado. La pura barbarie. Y el caso es que también se interrogará a la juventud catalana sobre su disposición a coger el fusil. Quién sabe qué pensará la muchachada. Lo mismo están dispuestos a matar por el postre de helado universal y vitalicio de la república catalana.

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