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Pablo Planas

Señor Rajoy, 'si us plau'

La osadía de Mas es proporcional a la desidia del Estado y del inquilino de La Moncloa, cuya estrategia de let it be no acaba de funcionar.

La osadía de Mas es proporcional a la desidia del Estado y del inquilino de La Moncloa, cuya estrategia de let it be no acaba de funcionar.

La osadía del tipo que preside la Generalidad es proporcional a la desidia del Estado y del inquilino de La Moncloa, cuya estrategia de let it be no acaba de funcionar. Va para cuatro años ya que los consejeros regionales de Cataluña se jactan de desacatar las sentencias, las lingüísticas y las que no lo son. Las leyes de los españoles no rigen en Cataluña, que no es un Estado pero funciona como si lo fuera. Tanto da que las arcas estén vacías. La propaganda es constante, se riega generosamente a las entidades separatistas, se habilitan haciendas paralelas (este mismo miércoles, el pleno del Parlamento autonómico aprobaba la creación de 186 plazas de L'Agència Tributària) y hasta se ha ideado un servicio de inteligencia en los Mozos de Escuadra. Nada es poco para las "estructuras de Estado". Y si no hay un euro, ¿cómo es posible?

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sostiene que el Estado debe asistir financieramente a la Generalidad porque los ciudadanos de Cataluña merecen los mismos servicios que el resto de los españoles. Tal vez no le hayan informado de que el dinero del Fondo de Liquidez Autonómica se dedica a implantar protesis caducadas, a no pagar la deuda con los farmacéuticos, a organizar actos de acoso contra los padres que solicitan la escolarización bilingüe de sus hijos, a reforzar el discurso del odio a la nación desde las guarderías a las universidades, a sufragar medios de comunicación que difunden el "Espanya ens roba", a montar referéndums ilegales y, como asunto marginal, a comprar silbatos.

A lo mejor creía Rajoy que los recursos públicos que graciosamente destina el Estado a Cataluña a interés cero y sin plazo de devolución cubrían los gastos importantes y urgentes. Pues no. Es raro que no se lo hayan comentado, pero el individuo que preside la Generalidad y sus cuates consejeros se lo pulen en montar un golpe de Estado, en hacerse las víctimas y en insultar a los españoles, incluidos los residentes en Cataluña.

En España, la traición, la prevaricación, la estafa, el robo, la xenofobia, etcétera, son considerados delitos. En cambio y en la práctica, en Cataluña todo eso y más está permitido y es la posición dominante. Señor Rajoy, el dinero con el que su subordinado Montoro inunda la Generalidad nos está matando. Señor Rajoy, ya que no les hace ni caso a los suyos en Cataluña atienda al menos lo que diga Rivera, que viene a ser lo mismo. Señor Rajoy, si us plau.

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