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Pablo Planas

Yoko Ono, Coixet y Cocomocho

Con decir que los errejonistas apodan 'Yoko Ono' a Irene Montero se entiende perfectamente lo que significa mentar a la última esposa del infortunado John Lennon.

Con decir que los errejonistas apodan 'Yoko Ono' a Irene Montero se entiende perfectamente lo que significa mentar a la última esposa del infortunado John Lennon.
Cordon Press

Noticia de alcance. Yoko Ono apoya el referéndum de Junqueras y Puigdemont. Tras el paso al frente en contra de la consulta de la cineasta Isabel Coixet, que ha arrastrado a Eduardo Mendoza, a Marsé y a Serrat, entre otros, el bloque separatista ha respondido con el fichaje de la viuda negra para la causa de dividir y enfrentar a los ciudadanos de Cataluña. Dispone de una notable carga simbólica que la señora que provocó la separación de los Beatles muestre su apoyo a la secesión y que lo haga además junto a los exfutbolistas Stoichkov, el que pisó al árbitro Urízar Azpitarte, y Cantona, el que le pegó una patada de kárate a un aficionado. Grandes intelectuales, qué duda cabe, pero un peldaño por debajo de Yoko Ono en materia de juego subterráneo.

La artista nipona es la viva imagen de la discordia, pura encarnación de la cizaña y siniestra portaestandarte del malaje. Con decir que los errejonistas apodan Yoko Ono a Irene Montero se entiende perfectamente lo que significa mentar a la última esposa del infortunado John Lennon. Que apoye la campaña Let catalans vote (tras tropecientas elecciones en el último lustro) pudiera ser un error no forzado del separatismo de letales consecuencias. Los jerarcas del golpe, con Cocomocho a la cabeza, sostienen que sólo les puede inhabilitar el concepto pueblo de Cataluña, que no hay Tribunal Constitucional que pueda acallar "la voz del pueblo" frente a un Estado "autoritario", "fallido", "quebrado", "ilegítimo", "franquista" y "corrupto". Suponiendo que lo anterior fuera cierto, que el referéndum se va a celebrar y está ganado, ¿para qué recurrir entonces a Yoko Ono?

Es como si algún genio de esa obscenidad llamada Marca España (a lo que han reducido la Nación) reparara en Margallo o en Manolo el del Bombo, con perdón del señor Manolo, al efecto de encabezar un manifiesto de intelectuales de prestigio europeo en favor de la unidad de la patria, cosa que no es descartable en absoluto. Como tampoco se puede descartar, sino todo lo contrario, que el separatismo tenga premio en la fase posproceso, durante la "gestión de la frustración" según la terminología monclovita, mientras Coixet, Marsé y Mendoza quedan a expensas de que Mikimoto, Willy Toledo y Yoko Ono (es que es la monda) les perdonen la vida.

Frente a la tropa separatista, prietas las filas, el contendiente, los denominados "unionistas", "dependentistas" o "putos fachas" en confianza, comparece disperso, inmerso en la duda, agarrotado por el miedo, acomplejado y adaptado al marco nacionalista, pues no de otro modo se explica que echen la culpa del separatismo a cualquiera antes que a los separatistas.

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