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Pedro Bonofiglio

La tercera estrella

Maradona tiene a 23 fieras. Los cuida a todos. Allí está la clave del rendimiento de los dos partidos.

Mirar para atrás. ¡Cómo duele mirar para atrás! Mirar y darse cuenta de que de nada vale lo que uno puede opinar antes de la cita mundialista. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que las porras sólo valen para reírnos un rato en la oficina, tomar el pelo a los que peor han pronosticado y partirnos de risa? Porque los que ganan son los que la semana pasada nos preguntaban en qué consiste el fuera de juego. Tomemos los pronósticos y hagamos un bollo con ellos. Utilicemos estos papeles para emergencias internas o reciclemos, que en estos momentos se agradece. Pero no sirven para más. Hace algunos días me atreví a decir que Argentina llegaba con muchísimas dudas y mi esperanza interna era pobre, muy pobre. Pero...

Maradona está sabiendo manejar algunas cosas. Todos los jugadores de la plantilla le hacen un caso reverencial porque el Diego los mima, los abraza, los besa, los trata como si fueran Dalma y Giannina –las hijas del Diez–. Mejor que eso. Y los jugadores responden. No creo, por lo poco que he visto, que les maree con cuestiones tácticas, balances, basculaciones, dobles pivotes, triángulos, 4-3-1-2, 4-4-2, ó 7-3. No, no lo hace. Me da la sensación de que, desde que están en Sudáfrica, les ha simplificado estas cuestiones. En rueda de prensa, el míster argentino dijo que tiene a "23 fieras". Los cuida a todos. Allí está la clave del rendimiento de los dos partidos. Cuando terminó el encuentro en el Soccer City Stadium de Johannesburgo ante Corea del Sur, lo primero que hizo fue abrazar con su corazón a Demichelis. Agüero no había entrado en el primer encuentro –contra Nigeria– y en este segundo lo sacó y marcó diferencias. Está rotando la ilusión de todos. Cada uno se siente protagonista. ¿Hace cuánto tiempo no veíamos a Maxi Rodríguez marcarse el partido que jugó frente a Corea? Está claro que lo que hace Maradona es trabajar el coco de los integrantes de la selección argentina.

Hablando hace algunos días con unos de los ayudantes del banquillo de uno de los equipos más importantes de la ACB, me decía que, hoy por hoy, en el mundo del deporte de alta competición, casi el 70 por ciento del rendimiento de un jugador de elite de cualquier deporte tiene que ver con la cabeza y el estado de ánimo. Y queda demostrado que, en estos dos partidos, Argentina ganó con la camiseta, y que fue más importante la motivación que vino desde el banquillo que lo que se puede plantear tácticamente.

También hace algunos días decíamos que el mismísimo Stevie Wonder podría ser el entrenador de la selección albicelete. Esta estrella de la música jamás podría haberle contado a Tévez lo que vale vestir esa camiseta, que pesa demasiado para algunos, y que otros la llevan como si estuviera pegada a la piel. No vaya a ser que me haya equivocado. ¿Quién, sino Maradona, podría pedirles que, por encima del escudo, del lado del corazón, en vez de dos estrellas, ellos fabricarán la tercera?

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